La empresa quiere repetir en 2017 a falta de una ubicación

El pasado día 11, la empresa organizadora del Marenostrum difundió en un comunicado su interés en repetir el evento en 2017, aunque sin precisar si la ubicación estará en Valencia o en un municipio del entorno.

Eso sí, defendió que el impacto económico de la edición de este año ha sido de tres millones de euros, gracias a las 52.000 personas que pasaron a lo largo de tres días por la explanada de la Marina sur. En la misma línea de defensa, aseguraron que el festival había movido alrededor de 600 puestos de trabajo.

No obstante, la opinión de los empresarios de la Marina es diferente sobre la rentabilidad de este espacio del puerto, al señalar que es un lugar «náutico y deportivo, y los eventos deben orientarse en este sentido. Así pues, los conciertos deberían adaptarse a su oferta».

Este año ha sido la tercera edición de Marenostrum, la más accidentada sin duda y que todavía colea por una reclamación colectiva por el rechazo a la devolución de las entradas, cuando se cambió de ubicación y calendario.

En cuanto a la suciedad en la dársena, los empresarios recuerdan que se trata de «una superficie de más de un millón de metros cuadrados, por lo que es seguro que se encuentren zonas comunes descuidadas, ya que la afluencia de público este año ha superado las previsiones».

La apertura del Veles e Vents, donde se concentran restaurantes y locales de copas, ha servido también para aglutinar la oferta de ocio veraniega de Valencia. Antes, el Marina Beach supuso un revulsivo al panorama habitual de la hostelería, al combinar los elementos de un resort con una terraza al aire libre junto a la playa del Cabanyal.