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I. DOMINGO
Miércoles, 7 de septiembre 2016, 23:45
valencia. El obispo valenciano Javier Salinas abandonará la diócesis de Mallorca para recalar en el Arzobispado de Valencia como tercer obispo auxiliar tras los nombramientos de Esteban Escudero y Arturo Ros, que tomó posesión de su cargo el pasado sábado.
Una renuncia que, aunque se vestirá de final de una etapa (breve, pues llegó en noviembre de 2012 por la designación de Jesús Murgui como obispo de Orihuela), se esperaba desde hace semanas, ya que la situación del prelado en la isla se había vuelto insostenible desde que en diciembre del año pasado trascendiera su estrecha amistad con una colaboradora -encargada del área de Relaciones Institucionales-, lo que provocó que el entonces marido presentara una denuncia en la Nunciatura en España y en el Vaticano por la relación impropia de Salinas con su esposa.
Tanto la mujer como el prelado negaron la «relación impropia» pero la denuncia puso en el punto de mira vaticano al sacerdote valenciano y sumergió a la diócesis de Mallorca en una situación de parálisis por sus continuas ausencias. Comentada fue, por ejemplo, su falta en la misa del Miércoles de Ceniza.
Aunque algunas voces lo situaban en algún dicasterio en Roma, descartada esta opción, el destino de Salinas parece claro: Valencia, según 'Religión Digital', que incluso señala que el cese podría anunciarse hoy mismo. Respecto a este punto, tanto en la capital del Turia como en Mallorca se guarda el habitual silencio pontifical, ya que la decisión del relevo depende únicamente del papa Francisco. No obstante, sí que confiesan el ambiente de movimiento que se respira en el cap i casal.
Así, el prelado regresaría a sus orígenes, pues nació en Valencia en 1948 y cursó aquí sus estudios eclesiásticos. Ordenado sacerdote en 1974, su primer destino fue la parroquia de San Jaime en Moncada. Mallorca ha sido su último despacho, ya que antes estuvo al frente de las diócesis de Ibiza y Tortosa. De hecho, algunas fuentes señalan que Salinas pasa largas temporadas en Valencia. La última vez que se le vio fue precisamente el sábado en la ordenación de Arturo Ros como segundo obispo auxiliar.
Petición en la carta pastoral
Su llegada serviría para cumplir la petición del arzobispo de Valencia, el cardenal Antonio Cañizares, a la Santa Sede de contar con un ayudante más -tres en total-. Así lo expresaba, por ejemplo, en la carta pastoral de inicio de curso que dirigió a la diócesis valentina la semana pasada. En ella, el purpurado confía en que el Pontífice conceda «a no tardar mucho» otro obispo auxiliar.
De ser así, se regresaría a los años del cardenal Agustín García-Gascó, que también tuvo tres colaboradores para las tareas del Arzobispado. Uno de ellos, el propio Escudero, que renunció al obispado de Palencia para regresar a Valencia. Es decir, bajó un escalón en la jerarquía, un camino que podría seguir Salinas aunque éste por imposición vaticana y no personal.
En el caso de Mallorca, la sede vacante sería ocupada por el menorquín Sebastià Taltavull, actual obispo auxiliar de Barcelona, en calidad de administrador apostólico. Si el relevo se produce finalmente hoy, el sábado se celebraría una misa de despedida de Javier Salinas en la catedral de Palma.
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