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Rafa Muñoz
Miércoles, 26 de octubre 2016, 20:41
Todas las tardes medio centenar de jóvenes se reúne en un parque de la calle Almazora, junto a las vías del tranvía que desemboca en el Pont de Fusta. Allí practican street workout, una disciplina de gimnasia callejera cuyos movimientos dejan boquiabiertos a quienes pasean cerca de allí.
Hacemos street workout, también conocido como calistenia; es un deporte en el que usas tu propio peso, sirve para ganar fuerza, perder peso, y viene gente de todas las edades y todo tipo, comenta Eloy Roca, de 22 años. Hay gente que se para y que, como si esto fuera un teatro, nos aplaude al acabar los ejercicios; la gente flipa, añade.
Eloy forma parte de un club que se creó hace tres años y que cuenta con alrededor de ochenta miembros, de entre 13 y 34 años. Practican este deporte en un parque que ha sido remodelado recientemente el próximo sábado 5 de noviembre celebran un evento para inaugurar oficialmente el parque remozado para que puedan realizar sus ejercicios, y cuentan con un bajo cedido por el Ayuntamiento que hace las veces de sede y almacén.
Es gratis, todo el mundo puede disfrutar de esto, es un bien común, y creo que es una de las primeras razones para practicarlo, porque no hace falta dinero, sólo tener ganas y querer hacer algo diferente a lo que te plantea la sociedad como salir de fiesta o hacer otra serie de cosas que, creo, no son tan constructivas como venir aquí a hacer deporte, explica Daniel Vega, presidente de Wolfpack Street Workout.
El club, además de su carácter puramene deportivo, tiene también un espíritu integrador. Todos y todas son bienvenidas. Hay siete chicas, pero la cifra va creciendo poco a poco. Vine y me gustó muchísimo, sobre todo el compañerismo que hay, todos me empezaron a ayudar; yo no sabía hacer absolutamente nada, y entre todos me ayudaron poco a poco; para mí, esto es mejor que un gimnasio, donde estás siempre encerrado, y aquí lo haces al aire libre, señala Ariadna Martínez, de 22 años.
Y en cierto modo, dicen, consiguen que los jóvenes del barrio dediquen sus horas muertas a hacer deporte, y no a otras actividades insanas. Estar aquí haciendo deporte te hace más fuerte de mente, prefieres venir a entrenar que hacer otras cosas malas: te sientes mejor, tienes más autoestima; la gente aquí no viene a fumar o pelearse, viene a hacer deporte, apunta Eloy Roca.
Mmuchos de ellos se han apuntado a otras actividades del centro, algunos han vuelto a estudiar otra vez; les aconsejamos en todo lo que se puede e intentamos que en momentos tan difíciles como puede ser la adolescencia tengan algo más que el ocio que se suele ofrecer normalmente, concluye Daniel Vega.
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