P. MORENO
Lunes, 5 de diciembre 2016, 00:45
Se van los universitarios mejor preparados y también perros acogidos en refugios para encontrar una familia a miles de kilómetros de distancia. Es lo que ocurrirá este año en Valencia con 72 ejemplares, casi el doble que en 2015 según las cifras que maneja la asociación Modepran.
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La situación del refugio municipal de Valencia es más que complicada, pese a que las adopciones en el cap i casal llevan un buen ritmo. El hecho de que no se practica la eutanasia más que en ocasiones contadas, como en enfermedades terminales o atropellos sin cura posible, hace que los abandonos en la ciudad sean más que numerosos.
Fuentes de Modepran indicaron que las adopciones internacionales se acordaron con una asociación de Málaga hace años. Esta entidad tiene contactos en Alemania que garantizan la seguridad de los perros y que las familias de acogida serán las más adecuadas posibles.
Por este motivo, los canes viajan de Valencia a Málaga y después a la ciudad alemana donde tendrán sus nuevos hogares. «Lo hacemos de ese modo porque hay mejores conexiones aéreas», señalaron.
Los voluntarios hacen una ficha semanal a todos los perros, que consiste en fotografiarles, pesarlos, medirlos y testarlos con gatos. «A continuación, montamos su ficha y se la mandamos por correo electrónico a la asociación alemana que colabora con nosotros para ayudarnos a que adopten perros en Alemania», comentaron las mismas fuentes.
Las familias de aquel país conocen las fichas en una web y si se interesan por alguno lo comunican. «Nos dicen que ese perro está reservado pendiente de control». Esto significa que si todo va bien se irá con esa familia, pero antes hacen una entrevista a los adoptantes, van a su casa para ver dónde va a vivir el perro, hablan con todos los miembros de la familia y ven si son aptos.
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La clásica eficiencia germánica, vamos. «Si el control sale negativo es que no son aptos para tener perro y por lo tanto la reserva de ese ejemplar cae. Si por el contrario sale positivo, es que la familia es apta para adoptar al perro», destacaron.
Entonces se pone en marcha el asunto veterinario con una analítica al perro, seguidamente la castración o esterilización por el control de natalidad. Después se desparasitan, le colocan un chip, la vacuna de la rabia y la heptavalente. «Cuando sale la fecha de vuelo, la voluntaria alemana nos comunica que perro sale y lo que hacemos es ir a sacar los traces del animal para que pueda volar». Pero ahí no se acaba el seguimiento, dado que antes de viajar, se van en transporte hasta Málaga donde los acogen voluntarias de aquella protectora.
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«El día del vuelo, los llevan al aeropuerto de Málaga y vuelan a Alemania junto a un padrino o madrina de vuelo. Una vez llegan nos mandan fotos para que nos quedemos tranquilas de que el viaje ha ido bien. Sus familias les esperan encantados en el aeropuerto y se los llevan a su casa. Nos mandan fotos para que veamos lo felices que están».
En Valencia viven medio millar de animales entre perros y gatos, en unas condiciones que no son las mejores. La noche del jueves, sin ir más lejos, asaltaron las instalaciones y unos individuos apalearon a un can y soltaron a otros doce.
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