El tripartito quiere ampliar a todo el día los cambios para ralentizar el tráfico en Valencia

Los cambios en la secuencia de los semáforos, el llamado corte del sincronismo para que los conductores no encuentren todos los discos en verde, se extenderá a las 24 horas del día en algunas zonas. El Ayuntamiento ha dispuesto una estrategia por fases que se inició este verano con el horario nocturno y ha continuado en algunas horas del diurno, sobre todo en festivos como alertaron ayer varias asociaciones de taxistas.

Estos conductores profesionales son los primeros que han recibido las quejas de clientes, que no entienden la razón de que rutas donde el encendido en verde era progresivo hasta ahora a una velocidad adecuada, se hayan visto afectadas por la modificación de la secuencia intercalando discos en rojo.

El grupo popular presentó una batería de preguntas en el último pleno para conocer las intenciones del gobierno tripartito. La respuesta de la concejalía de Movilidad fue que, tras la implantación de una medida que afecta por las noches a numerosas calles de la ciudad, está en estudio las horas que se aplicarán durante el día.

«En una primera fase se trataría de los intervalos denominados de hora valle, con condiciones de tráfico menos elevadas que en hora punta y en una segunda fase, tras comprobar su efectividad, ampliar a todo el día», señala la respuesta, donde se matiza que «naturalmente con las diferencias y particularidades de cada situación, como son el ciclo semafórico y el criterio de coordinación».

Los cambios en la secuencia de los semáforos fueron considerados el martes un «error» por el concejal del grupo popular Alberto Mendoza, para quien la 'ola verde', la apertura de los discos en verde sin necesidad de que el conductor frene si va a una velocidad adecuada, es la receta idónea para que no aumenten «los atascos y la contaminación».

El edil dijo que se trata de una «medida política» para que los «conductores dejen el coche, que es lo que pretende el concejal Grezzi, aunque sin ofrecer una buena alternativa de transporte público». Añadió que el corte de la sincronía en los semáforos «genera ansiedad en los conductores, el tráfico debe ser lo más fluido posible».

En la respuesta de la concejalía de Movilidad se indica que el objetivo es «conseguir un descenso efectivo de velocidad sin que se generen retenciones ni congestiones, con vistas a mejorar la seguridad vial y minimizar los daños en caso de accidente».

Entre las reacciones a esta serie de medidas, María José Alonso, de la Plataforma Motera para la Seguridad Vial, comentó que le parece bien en «casos concretos», como vías de gran intensidad de peatones o en el entorno de los colegios, aunque no «como medida general», al considerar que supone un aumento en el gasto de combustible y de la contaminación generada por los vehículos. «Puedo contar mi propia experiencia porque el sábado pasado, a las ocho de la mañana, me paré en seis ocasiones por semáforos en rojo en la avenida Doctor Manuel Candela», lo que consideró excesivo.

«Primero enfadas a los conductores, después les causas estrés, aumenta el consumo de combustible y se produce más daño al medio ambiente», subrayó Alonso, miembro de la Mesa de la Movilidad.

La Federación de Vecinos tratará este asunto, adelantó la presidenta de la entidad, María José Broseta. El Ayuntamiento y la Generalitat rectificaron hace poco tras las protestas vecinales las medidas para reducir la velocidad del tráfico en la CV-500 a su paso por la pedanía de El Perellonet y también por El Perelló. El compromiso de la Administración es retirar los badenes de la calzada cuando se instalen los nuevos pasos de peatones.

El presidente de Automovilistas Europeos Asociados, Mario Arnaldo, pidió por su parte que se concilie «el flujo de la circulación con la seguridad vial», para recordar que un conductor necesita un mínimo de 24 metros para detenerse ante un semáforo en rojo cuando circula a 50 kilómetros por hora.

«Sin analizar, nada», fue otra de las peticiones que hizo al Ayuntamiento ante el cambio de estrategia con la regulación de los semáforos en la ciudad. Comentó que a una velocidad constante, con la secuencia progresiva de los discos en verde, hay «menos desgaste, consumo y polución», lo que puso en contraste con los objetivos de las modificaciones. «Hay que ver si vale la pena», señaló a este periódico. Por último lamentó que el tráfico se haya convertido estos años, donde citó el ejemplo de Madrid, en «una cuestión ideológica».