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Paco Moreno
Sábado, 4 de febrero 2017, 21:12
«Si no cumple se arregla, se hace la medición y si no cumple se bajará la potencia al nivel que toque». El alcalde Joan Ribó fue ayer así de claro al referirse al carrillón del reloj del Ayuntamiento, al hilo de las órdenes de cese tramitadas por la concejalía de Medio Ambiente a la iglesia de San Nicolás y la iglesia de San José de la Montaña.
El primer edil recordó que la ordenanza de contaminación acústica corresponde al gobierno anterior del Partido Popular. «Las ordenanzas las tenemos que cumplir», indicó, para matizar que no es «experto pero me dicen que no hay excepción en el carrillón del Ayuntamiento».
Ribó contestó a LAS PROVINCIAS sobre la petición del Síndic de Greuges al Consistorio para que se reduzca el ruido generado por los mercadillos, fiestas y eventos relacionados con actividades municipales. «Es una queja de una vecina, la atenderemos igual que en todo, con la misma norma hecha por el PP con los campanarios. Hay normas para la noche y el día, una normativa que evita los Bien de Interés Cultural y determinadas fiestas; lo estudiaremos y adecuaremos lo que haga falta», comentó. Por último, reiteró su propuesta de que una solución para el conflicto del volumen excesivo de las campanas puede ser bajar los decibelios por debajo del límite.
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