efe
Miércoles, 15 de febrero 2017, 11:39
Un estudio de Casa Caridad sobre la pobreza en Valencia alerta de que la situación de las personas en situación de exclusión social se está haciendo crónica, ya que el 65 % de los atendidos por esta entidad benéfica llevan más de un año acudiendo a su comedor social.
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El presidente de Casa Caridad, Luis Miralles, ha indicado que, a pesar de tener situaciones más estables, hay "un mayor rechazo social hacia las personas necesitadas", según les han transmitido ellos mismos, por lo que ha pedido a la sociedad que hada "una esfuerzo para integrarles".
El perfil atendido desde Casa Caridad continúa siendo muy heterogéneo, aunque el informe destaca el de los mayores de 55 años y el de los jóvenes extranjeros.
Según Elena Ferrer, responsable de Trabajo Social en Casa Caridad, los hombres mayores de 55 años atendidos responden a un perfil castigado por la pobreza, pues les faltan algunos meses por cotizar y no pueden cobrar subsidio.
"Son casos dramáticos, porque son personas que han trabajado y cotizado durante largos periodos, pero de los que el sistema se olvida hasta que cumplen los 65 años", señala la trabajadora social, quien destaca que con solo tres meses más cotizados podrían acceder a una prestación.
Asimismo, el informe refleja que muchos jóvenes inmigrantes sin papeles que llegaron a Valencia hace una década en busca de un futuro mejor no han encontrado una salida y han tenido que vivir periodos en la calle.
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Se trataba de inmigrantes muy jóvenes, principalmente subsaharianos, que no contaban con redes de apoyo ni familiares, además de las limitaciones que les suponía el desconocimiento del idioma y la ausencia de documentación.
Diez años después, estos extranjeros han desarrollado patologías mentales a consecuencia de su vida en la calle y sufren un gran deterioro físico asociado a adicciones como alcohol o drogas.
"Son jóvenes que no superan la treintena, venían en busca de una vida mejor y ni el sistema ni la sociedad ha sabido ayudarles", apunta Elena Ferrer.
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Además, los menores de edad representan el 20 % de los comensales de la entidad, mientras que ha aumentado significativamente, en un 14 %, el número de jóvenes de 18 a 30 años sin trabajo y con escasas posibilidades de inserción laboral que requieren ayuda alimentaria.
Casa Caridad ha mostrado su "enorme preocupación" por los niños y adolescentes, ya que han detectado que las situaciones de exclusión social se comienzan a heredar.
"Heredan no solo la situación que viven sus padres, sino también el sentimiento de ser incapaces de lograr algo mejor", explica el presidente de Casa Caridad.
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Del total de raciones repartidas el pasado ejercicio por la Asociación a mediodía, más de 23.000 fueron distribuidas a niños, mientras que la presencia de familias ha aumentado un 68 % respecto a hace tres años.
El informe refleja también que el 80 % de los usuarios de comedor de Casa Caridad disponen de vivienda, aunque las condiciones de habitabilidad son muy deficitarias, y que el 34 % son mujeres y el 66 % hombres.
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Las mujeres que cuentan con pequeños ingresos provienen de trabajos de servicio domésticos, en la mayoría de casos muy inestables, y tienen poco o nulo apoyo familiar y problemas de salud.
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