P. MORENO
Miércoles, 8 de marzo 2017, 19:54
valencia. La tramitación y cobro de las multas de tráfico es una de las debilidades del Ayuntamiento desde tiempos inmemoriales. Este año, el ejercicio ha arrancado algo más flojo que de costumbre y sólo se han recaudado en los dos primeros meses el 23,6%, es decir, uno de cada cuatro boletines tramitados por la Policía Local.
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El dato tan bajo contrasta con el aumento de la presión a los conductores. Como publicó LAS PROVINCIAS, el Consistorio tramitó el pasado año una media de 600 sanciones diarias, lo que supuso un aumento de 50.000 respecto a 2015.
El concejal de Hacienda, Ramón Vilar, señaló ayer que está próxima la firma del convenio con la Generalitat para pasar al cobro las sanciones a los conductores no empadronados en Valencia y que tampoco dispongan de cuentas corrientes en sucursales de la capital. Sin esta última circunstancia, el Ayuntamiento tiene las manos atadas y no puede «perseguir» a los infractores.
En cifras, en los dos primeros meses del año se giraron multas por valor de 1,93 millones de euros, aunque sólo se contabilizó una recaudación de 457.682 euros. Esto deja una abultada cantidad pendiente de cobrar, que irán pasando a las sucesivas fases de recargo.
Vilar dijo que el acuerdo con la Generalitat debe pasar por la junta de gobierno municipal, para después ocurrir lo mismo en el Consell. El último trámite será su aprobación en el pleno del Consistorio. En los últimos meses se han producido varias reuniones para acordar las comisiones que se llevará la Administración autonómica y hasta la compatibilidad del sistema informático.
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Los Presupuestos municipales de este año prevén una recaudación de 6,5 millones de euros, aunque es difícil que se llegue a esa cantidad. En 2016 se impusieron hasta noviembre 12,29 millones de euros, aunque sólo se cobraron 4,53 millones.
Eso da una idea de la dificultad en mejorar el cobro. Aunque el acuerdo con la Generalitat sea una realidad dentro de poco, el pasado mandato se hizo una estimación de que eso supondría un millón de euros más, es decir, todavía demasiado lejos de lo que supone el aluvión de boletines que se ponen a diario.
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Así las cosas, muchos conductores deciden jugarse a la suerte el pago de la multa y confiar en que no les llegue por correo la notificación del recargo. Pese a la gran morosidad que se produce cada año, lo cierto es que miles de cuentas corrientes son bloqueadas cada ejercicio para recaudar las sanciones.
La normativa prevé incluso el embargo de nóminas y propiedades inmuebles, aunque eso no se ha producido que se sepa en Valencia. El aumento de las multas ha supuesto también el lógico incremento de los expedientes anulados por recursos de los afectados. Así, el pasado año fueron 12.236 casos.
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Con las medidas impuestas por el gobierno municipal, lo normal es que la tendencia del número de sanciones siga al alza. El mismo Vilar anunció el pasado año la compra de varios radares móviles, aunque no se ha adjudicado todavía la compra. Buena parte del incremento se debe a los controles situados en las zonas 30 de velocidad limitada. De cara a este ejercicio, aumentarán en barrios como el Cabanyal, donde las obras de reurbanización darán paso a esta medida, como aparece en el plan de revitalización de la zona aprobado por el Consistorio.
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