El Ayuntamiento de Valencia ofrecerá a expropiados del Cabanyal la reversión de sus casas

El Ayuntamiento de Valencia tiene pendiente dar el paso de contactar con los vecinos del Cabanyal que fueron expropiados para realizar la consulta de si quieren optar a ejercer su derecho de reversión de sus casas.

Esta es una de las cuestiones que quiere trasladar la empresa Plan del Cabanyal-Canyamelar al Ayuntamiento, puesto que es esta institución la que tiene que mover ficha.

El ofrecimiento del derecho a reversión se realizará a todos los que fueron expropiados para llevar a cabo la ampliación de Blasco Ibáñez hasta el mar, un proyecto que frenó el actual gobierno. Y, según explica el director gerente del Plan del Cabanyal-Canyamelar, Vicent Gallart, cuentan con 33 expedientes de expropiación, ya que la mayoría de procesos de adquisición de casas se realizó por acuerdos de compra.

Según Gallart, la idea es «ofrecerles tres meses para decidir si quieren recuperar las propiedades». Este paso es indispensable, no sólo por el derecho que ampara a los expropiados, sino también para dejar liberados los suelos, según añade Gallart. Y es que si no hay seguridad de que los antiguos propietarios no están interesados en el suelo, no se podrían comenzar proyectos urbanísticos en estos espacios.

Aunque el aviso a los expropiados todavía no se ha hecho, ya hay dos expropietarios que han manifestado su interés de ejercer su derecho. En ambos casos se trata de familias que vivieron en la calle San Pedro, una de las primeras donde el Ayuntamiento comenzó las expropiaciones para hacer el proyecto fallido del bulevar de San Pedro.

Por otro lado, se ha producido la circunstancia de que dos familias que vendieron sus casas por acuerdo con el Consistorio han pedido una negociación para recuperarlas.

En este caso, como explican desde el plan del Cabanyal, no pueden ejercer el derecho de reversión, tendrían que concurrir a una subasta. También indican que ahora lo que están sacando a subasta son casas diseminadas, no solares. El concejal de Urbanismo, Vicent Sarrià, coincide en esta opinión, pero añade que «si son parcelas que no son imprescindibles para el proyecto actual del Ayuntamiento, se podría hablar». El secretario autonómico de Vivienda, Josep Vicent Boira, explicó que «no es un asunto que se haya tratado en los consejos de administración, pero si llega la propuesta, se estudiaría, siempre dentro de los parámetros de la legalidad».

Las vecinas que quieren recomprar su antiguo solar son Amparo Roig y Amparo Moliner. La primera tenía la propiedad de Los Ángeles 37 y 39, con 350 metros cuadrados. «Mi bisabuelo ya vivía en el número 39 y luego mi abuelo adquirió en 1925 la primera planta del 37, que tenía torreta miramar. Tuvimos que venderlo porque iba la avenida y porque cada dos por tres nos reventaban puertas y ventanas», explica Amparo Roig. Añade que su ilusión, «ya que no se amplía Blasco Ibáñez, es comprar el solar y volver a levantar los cimientos con mis hijos».

La familia de Amparo Moliner tenía en Los Ángeles 47 una panadería de 400 metros cuadrados. «Vendimos en 2008 porque estaba el proyecto de ampliar Blasco Ibáñez, pero si no se va a hacer, me gustaría que nos dieran la oportunidad de recuperar el barrio. Mi familia y la de mi hermana volveríamos. Ahora sólo sacan a la venta casas municipales. Nuestras antiguas propiedades son un solar y pienso que es mejor poder construir que dejarlo como está».