Decenas de perros invaden la arena de Pinedo sin estar abierta la zona para mascotas

Las playas de Valencia ya están a pleno rendimiento para recibir a los turistas. Los puestos de refrescos, las duchas y las zonas deportivas de voley están siendo ya utilizadas por los bañistas, pero en la playa de Pinedo, son muchos los vecinos y comerciantes de la zona los que denuncian que la playa ha sido tomada por los perros en plena festividad de Semana Santa.

Aunque la bandera todavía no está izada en este lugar y todavía no se ha instalado la zona acotada con cuerdas para uso exclusivo de los canes, la realidad es que a diario son decenas de perros los que corretean y andan sueltos por la arena sin que haya ningún control ni vigilancia del Ayuntamiento de Valencia.

Cabe recordar que el pasado verano el Consistorio valenciano dejó perder de forma voluntaria el prestigioso distintivo de la bandera azul, que premia el buen estado y los servicios de la playa, con el fin de abrir la primera zona para perros en Pinedo, junto a la desembocadura del río. Pero, en estas fechas, la zona acotada no está montada y, a pesar de ello, los dueños de estos animales de compañía no dudan en muchos casos en liberarles de la correa y dejar que correteen y jueguen compartiendo espacio con el resto de los bañistas que acuden a Pinedo.

Entre los vecinos de la zona hay indignación. Así, por ejemplo, Federico Atienza, explica que «a pesar de que las instalaciones municipales para perros delimitada con cuerdas no está puesta, ni tampoco el quiosco donde el verano pasado les repartían estacas para tener controlados los perros, la gente se ve que no se ha enterado de que está prohibido meterlos en la arena. Si no hay zona acotada, no deben de entrar».

Este vecino añade que «se ha corrido la voz entre la gente de que esta es la playa de los perros y están viniendo de toda la provincia para que los perros se explayen. No se fijan si están puestos los servicios exclusivos para ellos, simplemente los sueltan por donde les parece y ya está claro».

En principio, las instalaciones acotadas no se pondrán en la playa de Pinedo hasta junio, pero no se han incluido carteles informativos que aclaren la circunstancia y que maticen que los perros no pueden entrar hasta que se monte el servicio.

Una pareja que acude con frecuencia a pescar y pasear por la zona, Eusebio Parreño y M.ª José Claverol, detallan que «hay un cartel que sirve para todo el año que pone que está prohibido que los perros vayan por la arena. Además, no han montado el área reservada para los perros en la esquinita de la playa, pero no les importa. Hacen lo que quieren». Claverol añade que muchos dueños «están permitiendo que los perros corran por la arena, van sin bozal e incluso les hemos visto cómo les están dando de beber de la fuente pública que hay en el paseo, justo al lado del monumento de piedra. Se supone que es de consumo humano, no para perros. No me parece nada bien que se consienta».

Otros paseantes, Isabel Santana y Francisco Francés, explican que «no nos parece nada bien que vayan sueltos por donde les parece. Hay tramos del paseo y de la arena donde te encuentras excrementos. Y hemos visto cómo algunos dueños están lavando a los perros en las duchas donde luego van los bañistas».

Ayer mismo, a las 16 horas, eran más de 25 los canes que compartían espacio con los bañistas. Algunos se divertían recogiendo los palos o frisbies que les lanzaban sus propietarios o haciendo carreras por la arena. Otros, entraban al agua.

Comerciantes y vecinos indican que han visto algunos encontronazos entre perros de razas potencialmente peligrosas. Residentes como Federico Atienza no dudan en señalar que son varios los vecinos que han sugerido que el espacio acotado para perros «se traslade hacia la altura del autocine. Allí también hay aparcamientos y a los dueños les daría lo mismo. Los hosteleros se quejan por tener aquí los perros y está todo lleno de excrementos».

Otro problema añadido es que ayer mismo todavía había tramos de pasarelas de madera sin montar, estaban sueltos e incluso haciendo montículos insalvables para personas con movilidad reducida. Algunas pasarelas mostraban clavos salidos y también oxidados.