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Miércoles, 17 de mayo 2017, 11:58
El 27 de febrero de 2004, el teniente general Juan Ortuño Such pasó a la reserva después de estar prácticamente 40 años en activo en el Ejército. El militar valenciano dejaba de esta forma el mando de la Fuerza de Maniobra y el del Cuartel de Alta Disponibilidad de la OTAN en Bétera.
En la despedida oficial, celebrada en la base de Marines en presencia del jefe del Estado Mayor del Ejército, Luis Alejandre Sintes, señaló que uno de los objetivos que había conseguido y de los que más orgulloso se sentía era «haber consolidado en Bétera el Cuartel General de Alta Disponibilidad», y aseguraba que sería el camino a seguir en la transformación de las Fuerzas Armadas, tanto a nivel europeo como en el marco de la OTAN. «Haber sido capaces de alcanzar esa meta, nos coloca entre aquellos países que contribuyen a decidir el futuro», dijo.
El teniente general señaló, en este sentido, que el paso más inmediato y novedoso que quedaba por dar era la puesta en marcha de una fuerza de «muy alta disponibilidad» en el marco de la Alianza y en la que tendría un protagonismo muy especial el cuartel de Bétera. «En 2005, corresponderá a nuestro cuartel general dirigir los ejercicios para consolidar esta fuerza». Para Ortuño, era un momento importante en el que España podía demostrar que es capaz de aportar «elementos muy significativos para la OTAN».
El militar valenciano, prodecente del arma de Ingenieros, tuvo una carrera militar muy brillante y con una intachable hoja de servicios. Estuvo unos años en el Cesid, donde era conocido con el nombre secreto de Don Juan y fue una persona clave en la activación de la Agrupación de Misiones Operativas del Centro, teniendo a sus órdenes a personajes tan peculiares como el que luego sería coronel Perote y los coroneles Jambrina y Casinello. Ortuño que fue el responsable de una red que desarrollaba actividades secretas, supo dejar el Cesid en el momento oportuno
Su arrolladora personalidad y su gran capacidad para adaptarse a cualquier destino le sirvió para ser nombrado agregado militar de la Embajada de España en Londres. A partir de 1993 estuvo en el Estado Mayor de la Defensa y fue el primer militar español que estuvo al frente del Eurocuerpo con sede en Estrasburgo y de la Eurofor, con sede en Florencia .
Cuando pasó a la reserva afirmó que su objetivo inmediato era «descansar y ordenar papeles». Pero aún siguió trabajando en Madrid, donde se retiró a vivir, y siguió colaborando de forma muy estrecha con las Fuerzas Armadas.
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