Abandonan restos de una plantación de marihuana en el antiguo circuito de F-1

El fuerte sol hace refulgir con más brillo el manto de cristales rotos que se pisan al caminar por las inmediaciones del viejo circuito de Fórmula 1 en el Grao. El vertedero crece sin pausa y a los sacos de escombros, electrodomésticos y basura de todo tipo se ha unido hace poco un invitado llamativo, como son unas 150 macetas llenas de tierra, negra y seca, donde sólo permanecen las raíces y los tallos cortados a tijera. Los vecinos aseguran que se trata de los restos de una plantación de marihuana y el fuerte olor confirma esta tesis.

«Es lo que nos faltaba», asegura Jesús Vicente, miembro de la directiva de la asociación de vecinos. Los montones de macetas están guardados en parte en grandes bolsas de basura de color gris. Llegar hasta ese lugar con una furgoneta es relativamente sencillo, siempre con el riesgo de sufrir un pinchazo. Uno de los rincones del entorno del circuito, junto al muro de una subestación eléctrica y que está delimitado por un parapeto formado a base de verjas metálicas y sacos de escombros.

La instalación de Red Eléctrica e Iberdrola se mantendrá en pie con el nuevo diseño del Grao, todavía pendiente de la aprobación definitiva. Antes de llegar a las plantas de marihuana, los viandantes deben pasar junto a varias chabolas fabricadas con restos del recinto, plásticos y algún palé de madera apoyado para que no se vuelen. A la vista, al lado, los edificios de la Marina y la enorme cubierta del Circo del Sol como un recordatorio de que la ciudad está a unos pocos metros.

Las plantas, muchas con la tierra desparramada en el suelo, están dejadas en dos montones separados unos metros, como si fueran de dos descargas distintas. «Todavía huele, aunque estén secas y al sol. Esto es de alguien que ha cerrado la plantación y se le ha ocurrido tirarlo aquí porque es donde acaba todo».

La calle Poeta Sanmartín y Aguirre es el único acceso que llega hasta el cementerio municipal del Grao. A ambos lados de la calzada, que carece de acera, hay coches aparcados. Incluso dentro del acceso al solar donde han tirado las macetas, la zona sólo sirve como aparcamiento y para pasear a los perros, a la vista de algunos vecinos que caminaban con sus mascotas por la parte próxima a la calle Ibiza.

La zona donde se sitúa el vertedero forma parte del PAI del Grao, una enorme extensión de solares que llega hasta la marginal izquierda del viejo cauce. La empresa municipal Aumsa trabaja en las modificaciones del planeamiento, después de que el diseño original no gustara del todo al alcalde Joan Ribó, sobre todo por la pérdida de espacio en el jardín del Turia y la demolición de un edificio protegido, en concreto un cuartel de la Guardia Civil.

Esa iniciativa sigue sin plazos a la vista. Más próxima es la urbanización de un PAI colindante, llamado Camino Hondo del Grao. La concejalía de Desarrollo Urbano la tiene como una de las obras que se harán este verano, aunque para Vicente «llevamos así cuatro años, diciéndonos que el arranque es inmediato».

Así las cosas, en la parte que va desde el camino del cementerio hasta la calle Juan Verdaguer hay varias naves en un estado de conservación casi ruinoso. Se trata de propiedades municipales que deben acoger equipamientos públicos, aunque también carecen de plazos.

El paisaje tercermundista del antiguo circuito de Fórmula 1 se completa con varias chabolas pegadas a las verjas metálicas. El acceso es relativamente sencillo dado que en algunos tramos ha desaparecido. Frente a esta situación, la asociación de vecinos aboga por la apertura de todos los solares como lugar de paseo, con la limpieza previa de todos los restos de material que han ido robando los últimos siete años. «Hace un rato, una persona que iba en furgoneta estaba cargando trozos de metal», indicó el dirigente vecinal quien reclamó la apertura completa de este espacio a la ciudadanía.