Pintada en uno de los muros del monasterio de San Miguel de los Reyes. CÍRCULO POR LA DEFENSA DEL PATRIMONIO

El abandono y las pintadas se adueñan del entorno de San Miguel de los Reyes

El Círculo por la Defensa del Patrimonio exige al Ayuntamiento y la Generalitat que arreglen los desperfectos avalados en seis ocasiones por el Síndic de Greuges

Pablo Alcaraz

Valencia

Viernes, 16 de febrero 2024, 00:47

Las pintadas y los desperfectos parecen haberse fosilizado en las paredes del monasterio de San Miguel de los Reyes situado en el barrio de ... Orriols. El Ayuntamiento y la Generalitat han tropezado hasta seis veces con la misma piedra tras eludir las recomendaciones de actuación por parte del Síndic de Greuges. Vecinos y asociaciones como el Círculo por la Defensa y Difusión del Patrimonio Cultural llevan más de diez años poniendo el grito en el cielo para que se realicen las labores de mantenimiento y protección acordes con un edificio catalogado como bien de interés cultural (BIC).

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Los problemas derivados del olvido por parte de las distintas instancias administrativas que tienen bajo su jurisdicción a este histórico templo se hacen patentes en forma de una larga lista de desperfectos. Infinidad de pintadas dignas del mundo del arte urbano se reparten por sus paredes, el vallado de su entorno se ha convertido en vertedero por la acumulación de montones de basura y uno de los solares de alrededor es un improvisado parking donde el estacionamiento de vehículos está prohibido. Todo este elenco de falta de cuidados se corona con la no reconstrucción de un muro de hormigón derribado y sobre el que se habría actuado «de forma irregular», según el Círculo por la Defensa del Patrimonio.

El Ayuntamiento tomó cartas en el asunto a mediados del pasado mes de enero con el anuncio de Plan Especial de Protección y Reforma Interior (PEPRI) para el entorno del monasterio de San Miguel de los Reyes. El portavoz municipal, Juan Carlos Caballero, definió la medida como «un paso más» dentro del proceso iniciado en marzo del pasado 2023 con la redacción del PEPRI por parte de la mercantil Dayhe Development&Investment.

CÍRCULO POR LA DEFENSA DEL PATRIMONIO

La redacción del plan ha sido la consecuencia directa del proceso de participación ciudadana que tuvo lugar a finales del año pasado con la intención de recoger las propuestas de las entidades de la zona. El criterio de delimitación de la medida es el de ceñirse al suelo urbano actual y reducir el área reparcelable, pero manteniendo la superficie necesaria para asegurar la protección y revalorización del conjunto patrimonial compuesto por el monasterio. Es decir, obtener un área despejada de construcciones en el entorno oeste y poder así asegurar las vistas.

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El Consistorio pretende reordenar el espacio reconociendo la importancia del monasterio mediante el PEPRI convirtiendo al templo «en el elemento central sobre el que se vertebrarán los componentes paisajísticos y medioambientales del entorno».

Recomendaciones del Síndic

«Mucho ha llovido desde que lo denunciamos por primera vez ante el Síndic de Greuges en octubre de 2013», lamentó el presidente del Círculo de Defensa del Patrimonio, César Guardeño, en un artículo escrito en agosto de 2022. En el mismo escrito, Guardeño dató la media docena de recomendaciones favorables a las reivindicaciones de rehabilitación por parte de la institución que vela por los intereses de la ciudadanía valenciana a lo largo de los años 2014, 2015, 2017, 2018, 2020 y 2022.

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La asociación también arremetió en su comunicado contra la Conselleria de Cultura y el Consistorio achacando su «silencio administrativo», ambas instituciones estaban copadas durante ocho años por la izquierda aunque recuerdan que el actual equipo de gobierno «no se ha encargado de ejecutar los trabajos de mantenimiento regular ni tampoco ha revertido las chapuzas anteriores». La entidad alega hoy en día que el Ayuntamiento «debería actuar de manera subsidiaria en materia de limpieza dada la inacción del dueño de los terrenos».

El Círculo de Defensa del Patrimonio dice ser consciente de que la falta de recursos económicos puede condicionar temporalmente la ejecución de las tareas, pero alerta de que la falta de dotación económica «no debe convertirse una deficiencia estructural que imposibilite la adecuada protección del patrimonio».

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