Adiós a Hobby Centro, la «mítica» tienda del radiocontrol en Valencia

Rosana Utiel Fos es la actual administradora y propietaria del negocio especializado en el mundo del «hobby». «Somos unas de las tiendas más conocidas en el radiocontrol, en los drones, barcos de madera, maquetas, coches y aviones a escala» y desde «hace unos años también de juegos de mesa y accesorios para casa de muñecas». Por «cuestiones personales» Utiel Fos se ha visto en la tesitura de decidirse por el cierre del establecimiento. Durante casi cuatro décadas sus seis escaparates han congregado las miradas ilusionantes tanto de niños que sólo veían «juguetes» como de mayores que admiraban su pasión.

Porque Hobby Centro «no era una juguetería, para eso ya había en el mismo centro otros establecimiento», según recuerda Rosana Utiel. La tienda ofrecía al cliente una experiencia casi exclusiva, al más puro estilo del sector del lujo: «Nosotros no nos limitábamos en vender un coche teledirigido y ya está. Nosotros lo poníamos en marcha con el cliente, le enseñábamos a utilizarlo. Es más, teníamos servicio de reparación y piezas de repuesto. Por eso venían a buscarnos específicamente».

El impulsor de este paraíso del radiocontrol fue José María Durá. Su pasión le llevó a fundar, también, el Club de Radiocontrol Valencia, encargándose de dar forma a circuitos en El Saler y Malvarrosa, entre otros lugares, para que los amantes de estos vehículos tuvieran su lugar de competición y disfrute. José María falleció y las riendas, durante esta última temporada, las cogió su esposa Rosana.

Ante un cierre tan anunciado y sorprendente, la clientela se ha decidido a reconocer el trabajo realizado durante 38 años. «Teníamos clientes que venían desde Alicante buscando un modelo o una pieza muy concreta porque sabían que la teníamos. Además de que ahora nos venían clientes que empezaron viniendo con sus padres y ahora lo hacen con sus hijos», destaca Rosana.

Hobby Centro cierra tras no hacerse realidad la última oportunidad para mantener un legado que va más allá de los juguetes. Lo que se vendía en Músico Peydró, 34, era algo más que la diversión de un niño, era la pasión de un hobby. «Realmente no éramos una tienda para niños, nosotros vendíamos a gente mayor, a los que vienen por una maqueta muy específica o buscando unos soldaditos de plomo concretos. Todos nuestros clientes que han venido desde que se anunció el cierre nos transmiten que es una pena que una tienda así baje la persiana definitivamente», sentencia Rosana Utiel.

El hobby pierde su palacio, su Meca, el lugar al que peregrinar sabiendo que una pieza de respuesta está asegurada, en el que una reparación va a permitir mantener viva una pasión. Hobby Centro cierra este sábado ante una sociedad que lo primero que echará de menos será pararse a mirar soldados, maquetas, coches y drones, porque en su interior serían dos pisos, pero al entrar se accedía al mundo de la fantasía, la ilusión y la pasión. Adiós Hobby Centro.