Afectados por el caos ferroviario: «Óscar Puente debería coger más trenes para ver lo mal que funcionan»

«Nada más llegar esta mañana a Chamartín nos han mandado a Atocha y encima hemos llegado con media hora de retraso a Valencia», comenta Sandra mientras explica ha venido junto a sus compañeras de trabajo a pasar un día para conocer la ciudad. Ella misma, con tal de asegurarse de que no iba a sufrir ningún percance, y tras el aviso de una posible anulación de su viaje en la jornada de ayer, llamó a Renfe y desde la operadora le aseguraron que su tren saldría a la hora estipulada desde Chamartín. Pero nada más lejos de la realidad, esa promesa se ha incumplido.

Sandra cree que el retraso se ha debido a que el tren ha esperado a que la máxima cantidad de pasajeros pudieran realizar con éxito el cambio de estación forzado a última hora. «No nos han avisado ni por correo electrónico ni por mensaje, nos hemos enterado gracias a la megafonía», denuncia esta usuaria desde el pasillo de salida a la zona de taxis de Joaquín Sorolla.

«Esto es una falta de respeto al cliente, no piensan nada en el viajero», critica Maribel antes de calificar el servicio de Renfe en Madrid como «desastroso» en los últimos tiempos. Las tres mujeres aprovechan la ocasión para poner de relieve que siempre se justifiquen los retrasos de tal forma que las operadoras ferroviarias no tengan que abonar parte del importe de los billetes afectados por las demoras como recoge su compromiso de puntualidad.

Alexandra Noemí es una de las afectadas que vivió en sus propias carnes el caos desatado el pasado fin de semana y está una hora antes de la salida de la salida de su Iryo. Esta usuaria exhibe la fotocopia que recoge el billete de ida y vuelta mientras revive la odisea en la que se ve vio envuelta el sábado. Hace dos días tenía que haber subido al tren en Chamartín a las 16:45 y para arribar a Valencia a las 19:00. No obstante llegó a las 00:00 de la noche a Joaquín Sorolla y a su casa media hora después.

Trabaja en el sector de la limpieza y explica que si le llega a ocurrir esto en un día laborable, «me da un infarto si me llega a pasar esto hoy, he estado toda la noche pensando en un posible retraso». «Temo quedarme cuatro o cinco horas como el otro día», expresa mientras enseña las pruebas gráficas de lo que se vivió en los andenes de Chamartín: «La gentes estaba angustiada y nerviosa, fue un caos impresionante». Todavía no sabe nada de un posible reembolso del billete de 30 euros que le costaba su viaje en Iryo.

Frente a los paneles informativos también está Saturnino que cuenta que anoche ya se veía teniendo que llevar a su hijo Cristian a Madrid en coche por culpa de algún tipo de incidencia en su tren de las 10:27. Lo dice en tono de broma, pero con un claro trasfondo en el que era un posibilidad nada descartable viendo el precedente tan reciente de lo acontecido el pasado fin de semana. «Durante el incidente, el ministro de Transportes estaba en Galicia», comenta incrédulo este padre mientras su hijo revisa el billete on-line por si hubiera algún retraso de última hora. Por fortuna, y tras la revisión, su convoy saldrá a la hora estipulada.

José María y Juana son un matrimonio gallego que ha venido a pasar seis días en Valencia junto a unos amigos. Han llegado a las 9:00 a la estación, una hora y media antes de que saliera su convoy a Madrid donde después realizarán un segundo trayecto hasta Santiago de Compostela. Juana confiesa que el caos ferroviario también les hizo llamar a Renfe para preguntar si su tren se vería afectado por algún tipo de retraso o anulación. «Nos han avisado que a lo mejor tenemos que bajar en Atocha y no en Chamartín, nos lo confirmarán dentro del tren», asegura esta usuaria mientras confirma que ayer no tenía tan claro que pudieran realizar su viaje de vuelta a Galicia tal y como tenían programado.