Desde los primeros días de este mes y dado los elevados volúmenes almacenados en los embalses del río Turia, el lago de la Albufera está recibiendo una media de tres metros cúbicos de agua a través de dos acequias por el desembalse en Benagéber y Loriguilla.
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Esa es la estimación que hizo ayer el concejal de Devesa-Albufera, Sergi Campillo, quien precisó que el agua entra a través del barranco de Catarroja desde el sistema de riego de la acequia de Favara, y por la acequia del Tremolar desde el ámbito de la acequia del Oro. «Estos caudales llegan para compatibilizar las derivaciones de carácter ambiental con las destinadas a riego, comunidades de regantes a las que también quiero agradecer su colaboración», dijo el edil.
El desembalse se produce porque en ambos casos se ha llegado al máximo de agua que pueden almacenar. Los últimos días se ha convertido en una imagen cotidiana ver una considerable corriente de agua en el nuevo cauce hasta el mar. Una parte del causal acaba en el humedal.
Fuentes de la Confederación del Júcar no precisaron cuánto tiempo se mantendrá esa situación, que puede ayudar de manera considerable a renovar el lago, lo que siempre beneficia a la pesca y los animales que viven del parque natural. La entidad ya está llevando desde el 2 de marzo una media de 1,4 metros cúbicos por segundo desde el Júcar, un agua de más calidad, prácticamente transparente como destacó el vicealcalde.
Hasta el 10 de mayo se mantendrá esta aporte, con lo que se espera alcanzar un total de cuatro hectómetros cúbicos. La situación ha cambiado por completo respecto a la sequía de los últimos años y la disputa por la gestión de las compuertas en las golas, que deben mantener el nivel de la Albufera. Desde el pasado 1 de abril se ha recuperado prácticamente el volumen que había entonces, pese a la inundación de los arrozales.
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El concejal destacó el beneficio de las últimas lluvias y que coincida en que una parte del caudal llegue a la desembocadura del nuevo cauce, que está naturalizando este espacio con vegetación y aves acuáticas, que lo colonizan para encontrar refugio.
El director técnico de la confederación, Javier Ferrer Polo, comentó que el volumen total embalsado en el ámbito de esta entidad es de 1.450 hectómetros cúbicos, en el orden de los «máximos de los últimos 30 años».
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La situación es «realmente buena», señaló el responsable, con buena parte de los embalses llenos, debido a las fuertes lluvias de los últimos meses, incluido el pasado marzo, cuando llovió tres veces por encima de la media. Este mes también se producen continuas precipitaciones.
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