Catalá, «satisfecha» por la rebaja del IBI, la reactivación económica de Valencia y el control de los apartamentos turísticos

Una rebaja en el IBI, mayor protección en la Devesa de El Saler, la reactivación de la Marina como espacio de emprendimiento e innovación, junto con la apertura de cinco centros culturales, moratoria de concesión de licencias para apartamentos turísticos, el freno a los grandes cruceros en el Puerto, la reapertura del Palau de la Música, así como haber puesto fin a las incómodas colas de la oficina del padrón municipal y la son, entre otros los logros que anota Catalá en su primera agenda como alcaldesa. Y asegura que con llo ya tiene más de «la mitad del programa electoral ejecutado o en marcha».

Quedan, lo dice, tres años. Pero asegura que los miembros del equipo que tomó las riendas de la gestión municipal a estas alturas ya han trazado los ejes de su gobierno: «La bajada de impuestos, limpieza, seguridad, reactivación económica y vivienda», de estos últimos apartados cita «acabar con el atasco de licencias, tanto de obras como de actividad para reactivar la economía y no frenar la economía».

Catalá también pone el acento en un asunto tan sensible para los ciudadanos como es el mantenimiento de los jardines. Habla de la activación de dos planes de choque, uno de refuerzo de la limpieza y poda, tras años de abandono de calles y jardines».

Las valoraciones que ofrece de su propia gestión llegan acompañadas de cifras. Llama la atención la referencia a la rebaja de impuestos, de la que asegura que ha permitido a los vecinos de la ciudad un ahorro de «más de 70 millones de euros que están en sus bolsillos».

Catalá explica que cuando llegó al Ayuntamiento «se encontró con una situación complicada, 22.500 personas y proyectos esperando una licencia y cuatro años de media de espera para obtenerla, las inversiones programadas para el barrio del Cabanyal sin ejecutar, 7,7 millones de euros sin pagar a personal del propio Ayuntamiento, la mayoría de las concesiones deportivas caducadas, instalaciones deportivas y mercados municipales en condiciones pésimas y con graves desperfectos, un Palau de la Música cerrado cinco años por obras y con goteras tras la recepción de las mismas».

El gobierno municipal saca pecho también de la construcción de viviendas de protección pública y de alquiler accesible, y el desbloqueo de las licencias urbanísticas, como uno de los ejes estratégicos. Asegura que «está gestionando 500 viviendas que están en marcha y se han adquirido 139 viviendas».

El listado de logros que refiere apunta también que ha conseguido «unir a todo el pleno del Ayuntamiento de Valencia para la suspensión durante un año de la tramitación y el otorgamiento de licencias de edificación para la implantación de nuevos apartamentos turísticos, incluido también el cambio de uso de todo un edificio». El objetivo, explica, se enmarca dentro de un ambicioso plan por conseguir un turismo sostenible con firmas de protocolos de actuación y el freno de los megacruceros al puerto. «Los años de gobierno del Rialto no sólo se autorizaron apartamentos turísticos en bajos sino existía una falta de control total», asegura la alcaldesa.

Todos estos asuntos, y algunos más, los cita a través de un comunicado en que que María José Catalá manifiesta que se siente contenta y satisfecha con el trabajo realizado. «En Valencia ya se nota el nuevo gobierno municipal y lo que es más importante hemos reactivado toda la actividad económica gracias al impulso administrativo, especialmente en licencias. Valencia está en marcha y ahora se nota más que nunca», asegura la alcaldesa de la ciudad.