Los alcorques se llenan de flores tras años de quejas por los matorrales

Los técnicos municipales estiman que en Valencia viven unas 800.000 abejas, son parte esencial de la polinización y, además, se aprovechan desde hace unas semanas de los macizos de plantas y flor que han surgido en los 60.000 alcorques de las calles de la ciudad.

La iniciativa forma parte de un plan del Ayuntamiento, que aprobó un gasto de 898.537 euros para reforzar los equipos de las dos contratas que se reparten el mantenimiento de los jardines y arbolado de Valencia. El principal cambio se ha producido en aquellas zonas en las que no había árboles, dado que al remover la tierra para la plantación, los jardineros aprovecharon para dejar caer unas semillas en el alcorque. Se trata, dijo el concejal de Ecología Urbana, Sergi Campillo, de una fórmula específica de mezcla de flores silvestres bien adaptadas a las condiciones de crecimiento del clima mediterráneo.

Consiste en una mezcla de semillas seleccionadas de flores silvestres anuales y perennes. Las anuales florecen en el primer año y se resiembran por si mismas, y las perennes permanecen en invierno y florecen el segundo año. Esta mezcla está indicada para un mantenimiento bajo y produce una explosión de color durante su floración.

El Ayuntamiento dejó de utilizar herbicidas en 2015 debido a que el producto tenía un componente considerado cancerígeno. Eso provocó la aparición de matorrales en numerosas calles, lo que entorpecía además el trabajo de los barrenderos. Campillo defendió que esas plantas silvestres también son adecuadas, aunque desde luego lucen más los alcorques donde se han plantado semillas, como los que ya se pueden observar en cualquier calles con la llegada de la primavera.