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Alquería en ruinas en el barrio de Arniches. Damián Torres
La alquería en ruinas que debería ser un centro cívico
Proyectos Urbanísticos Bloqueados (XVII)

La alquería en ruinas que debería ser un centro cívico

Los vecinos del barrio de Arniches de Valencia reclaman la reforma del degradado solar, tras estar satisfechos con la mejora de la nueva conexión con Mislata

José Molins

Valencia

Viernes, 2 de junio 2023, 01:30

En un pequeño enclave entre la avenida del Cid, el parque de Cabecera y la ciudad de Mislata se sitúa el barrio de Arniches, que reclama su lugar y que se cumplan las promesas que han quedado paralizadas. Tras la reciente reforma de la plaza del Sainetero Arniches, que da nombre a la zona y que conecta Valencia con Mislata, ahora las peticiones de los vecinos se centran en una alquería abandonada que desde el Ayuntamiento se les dijo que iba a ser un centro cívico. Pero por el momento sigue igual de degradada y sin actividad.

La alquería era una antigua fábrica de muebles que lleva muchos años cerrada y está en medio de un solar de más de 6.100 metros cuadrados entre las calles Alcácer, Ciutat de Mislata y Senda San Miguel de Soternes. Entre la suciedad que hay, con restos de botellas y plásticos, y el lamentable estado en el que se encuentra, con charcos, desniveles y lleno de tierra y coches aparcados, los residentes en el barrio han pedido en muchas ocasiones que se tome alguna decisión para acabar con esa situación.

Andrés Medina es el presidente de la Asociación de Vecinos de Arniches y ha llegado incluso a entrar a esta alquería con la policía en algunas ocasiones al denunciar que había okupas. «Ha habido en varias ocasiones, aunque ahora parece que ya no, pero sigue abandonada», señala. Y destaca que desde el Ayuntamiento se les prometió una remodelación integral. «Sandra Gómez nos dijo que iban a reformarla para construir un centro cívico. Iría un centro de actividades para gente mayor, también un local para la asociación de vecinos y otras dotaciones sociales», cuenta el líder vecinal. Pero por el momento no se ha dado ningún paso. Ni siquiera están licitadas las obras.

Solar junto a la alquería abandonada. D. Torres

«Esto lleva muchos años abandonado, la alquería se la quedó el Ayuntamiento hace más de una década, pero en todo este tiempo no han hecho nada, y ahí está, degradándose», cuenta Medina. «Habría que urbanizar la plaza, que está llena de suciedad, es un barrizal muy degradado», expresa. «Los vecinos llevamos pidiendo que reformen la alquería mucho tiempo y hace algo más de un año en el Consistorio nos dijeron que lo iban a hacer, pero ni se ha licitado nada ni han empezado», lamenta el representante de los vecinos.

Zonas deportivas

Además, aunque sí han modernizado y urbanizado entre las calles Archena y Arquitecto Ribes para construir una cancha de baloncesto, otra de fútbol sala y unas estructuras para hacer deporte, justo enfrente hay un solar de 2.200 metros cuadrados, de los cuales una parte pertenece al Ayuntamiento y otra a una convención religiosa. «Al menos hace poco lo asfaltaron para que no se formara otro barrizal con charcos, pero estaría bien que hicieran algo ahí para el barrio, como un jardín», comenta Medina.

La obra principal que ha tenido el barrio ha sido en la plaza del Sainetero Arniches, que empezó en agosto de 2022 y acaba de terminar. Pero no está inaugurada todavía porque la acabaron en plena campaña electoral. Los vecinos se muestran satisfechos del resultado de estas obras, que dan una solución accesible para conectar el barrio con Mislata y el Parque de Cabecera y sustituyen el muro y la escalera que dividían la zona y hacían de tapón urbanístico. Se han eliminado estos elementos para crear varios recorridos con rampas y escaleras. La nueva plaza ajardinada tiene una superficie de 1.600 metros cuadrados.

Se ha resuelto el desnivel que había de cerca de dos metros con la calle Democracia para conectar el barrio de Arniches, perteneciente al distrito de Soternes, con el parque de Cabecera, además de realizar un mejor acceso al Museo de Historia de la ciudad. Era una barrera arquitectónica que limitaba la unión del barrio con Mislata y al liberar toda la superficie de la plaza, el tráfico rodado se desvía hacia la calle Cieza. Se han plantado nuevos árboles, además de los que ya había en la plaza, y en los espacios entre alcorques se dispone mobiliario y alumbrado, como una fuente de agua potable accesible, aparcabicis, entre otros, de forma que no obstaculizan la circulación peatonal.

Se ha aumentado la zona ajardinada de esta zona, aunque esta es otra de las preocupaciones de los vecinos. «Hace falta podar con más asiduidad los árboles», apunta Medina, que asegura que hace unos años «hubo una plaga de ratas, lo denunciamos, lo limpiaron y no han vuelto a aparecer», asegura el líder vecinal. Además, también hay algunas zonas de juegos infantiles por actualizar, que presentan el suelo de caucho en mal estado y algunos desperfectos, así como también algunas zonas del pavimento en las plazas ajardinadas están levantadas a causa de las raíces de los árboles y suponen un peligro para los ciudadanos, ya que hay riesgo de tropiezos y caídas por estos desniveles.

En general el barrio, que está bien comunicado según Medina, sufre una desertización comercial severa, y es una de las zonas de Valencia con menos actividad empresarial, aunque es cierto que se trata de una barriada relativamente pequeña en comparación con otros lugares de la ciudad. De hecho, el año pasado el Ayuntamiento incentivó con ayudas de hasta 20.000 euros a las empresas que decidieran instalarse en Arniches, entre otros barrios, debido a la escasez de comercios que hay.

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