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Lola Soriano
Valencia
Martes, 1 de agosto 2023, 01:14
El botellón, el ruido y las peleas no se han ido de vacaciones en la plaza de Honduras, ni tampoco en su vecina plaza del Cedro, y los residentes afirman que no pueden aguantar más.
Cabe recordar que una sentencia judicial les ha dado ... la razón y en breve expira el plazo de alegaciones y, por tanto, el Ayuntamiento de Valencia tendrá que empezar a poner en marcha la declaración de Zona Acústicamente Saturada (ZAS) y medidas que reduzcan los conflictos, pero la realidad es que los problemas derivados del ocio nocturno no dejan dormir a los vecinos.
Desde la asociación de vecinos de Plaza de Honduras y adyacentes, el presidente, Javier Soler, detalla que se han ido los estudiantes universitarios, pero eso no se ha traducido en una disminución del ruido, las reyertas y la suciedad, puesto que lo único que ha pasado es que los locales siguen atrayendo a clientes.
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Asegura, además, que el problema ya no se produce sólo los fines de semana, sino que en verano se extiende a cualquier día de la semana y apunta que tienen 76 locales en el entorno «y la gente acude y, luego, cuando ya han bebido, arman ruido y muchos de ellos se pelean».
En El Cedro ocurre lo mismo y la presidenta de la asociación Ciudad Jardín, Xelo Frigols, explica que tienen 90 locales alrededor, «y ahora ya no pueden decir que es un problema por la concentración de estudiantes porque en verano no están y los problemas siguen». En ambos casos lamentan que han convertido la zona en un parque de ocio.
«Con la marcha de los estudiantes, el perfil de los clientes se modifica, puede que esté menos masificado, pero se trata de un patrón que ya venimos padeciendo desde hace años: vandalismo, reyertas, robos y sobre todo ruido y suciedad. En esta época se hace más evidente, sin que ninguna medida de carácter coercitivo como la presencia policial, vallado de las plazas y refuerzo de la limpieza, sirva para atajar la situación», tal como apuntan en Plaza de Honduras.
Ahora, además, comentan angustiados que «por si no tuviéramos bastante, a todo esto hay que añadir la eclosión de un nuevo fenómeno: la proliferación de apartamentos turísticos en el barrio», indican los vecinos.
Afirman que en los bajos que antes ocupó un supermercado en la plaza de Honduras 3 y 4 «se están haciendo reformas para poner en marcha 21 apartamentos turísticos» y opinan que estos hospedajes «habitualmente atraen al turismo low cost y está a un paso muy corto del turismo de borrachera».
Aseguran que desde la asociación de vecinos se oponen al proyecto «porque este tipo de actividad no hace más que añadir leña al fuego y potenciar los perniciosos efectos ocasionados por esa hostelería low cost masificada, que sólo beneficia a unos pocos que no viven aquí y no tienen que sufrir las consecuencias».
Aseguran que están cansados de «las consecuencias derivadas de la masificación de locales, que además está generando un fenómeno de gentrificación».
Describen que la gente que acude a los locales de ocio, «cuando los cierran, se quedan en las calles cantando, gritando» y añaden que las «peleas y los daños vandálicos se siguen produciendo». Afirman que son constantes los desperfectos en coches y los daños que se causan a portales de vecinos. De hecho, el 23 de julio arrancaron el panel de timbres de una finca.
Si bien desde el Ayuntamiento de Valencia ya se han comprometido con la Federación de Vecinos de Valencia a iniciar en septiembre unas mesas de trabajo, en concreto una de ocio y turismo, otra de participación y una tercera de urbanismo, desde la asociación de vecinos de Plaza de Honduras lamentan que en el Ayuntamiento «se vayan de vacaciones y los vecinos suframos las consecuencias de la inactividad. Y eso que el Consistorio ha sido condenado a tramitar la ZAS en junio, tras constatar en el juzgado de lo Contencioso-Administrativo que se daban las circunstancias que contempla la Ley de Protección contra la Contaminación Acústica de la Generalitat».
Apuntan que se han hecho eco de la sentencia donde el Tribunal Supremo anula las medidas restrictivas que quería poner el anterior equipo de gobierno a los apartamentos turísticos y también del anuncio del nuevo gobierno local de empezar de cero y sentarse a hablar con vecinos y la patronal de apartamentos turísticos. Y ahora los residentes se preguntan: «¿Para cuándo un marco legal que regule esta actividad económica y que respete el derecho a la salud y el descanso de los vecinos?».
Por eso explican que, mientras la situación se aclara, «hemos solicitado al Ayuntamiento una moratoria en la concesión de licencias o cambios de usos de los bajos que ponga coto a este tipo de actividad en el barrio». Y lanzan la petición «al menos hasta que se realice la tramitación del procedimiento de declaración ZAS y se establezcan las medidas que resulten procedentes a la vista de las alegaciones y pruebas que se incorporen al procedimiento».
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