MAR GUADALAJARA
Lunes, 6 de mayo 2019, 13:55
Desde la pedanía de El Saler hasta el centro de la ciudad, cuatro ejemplares de la autóctona ardilla roja ya han empezado a explorar por su cuenta el entorno de los Jardines del Turia. Las nuevas vecinas fueron rescatadas del medio natural y ahora podrán contribuir a frenar la desaparición de las especies en entornos urbanos, es la tarea que se propone este proyecto pionero.
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Habían sufrido lesiones y algunas de ellas estaban desorientadas debido a su corta edad. En el Centro de Recuperación de Fauna de El Saler, las criaron hasta ser autosuficientes. Durante tres semanas estas cuatro ardillas han vivido en una jaula de adaptación y este lunes se ha realizado la llamada suelta blanda. «Los animales ya se han acostumbrado al entorno del cauce del río, que es donde en principio queremos que se establezca la población; una vez hecha la apertura de la jaula poco a poco tenderán a hacer movimientos exploratorios cada vez más grandes, harán salidas hasta que al final ya no vuelvan a la jaul», ha explicado la creadora y coordinadora del proyecto de reintroducción de especies del Taller de Gestión Ambiental, Càdec, Nerea Marín.
El deterioro de la biodiversidad en las zonas urbanas es imparable. La construcción, la contaminación y el cambio climático afectan a la pérdida de la fauna y la flora propias del entorno de la ciudad. Marín ha insistido en la importancia de acciones como esta para amortiguar la situación. «Al introducir esta especie autóctona y que es fácil de ver, por una parte contribuimos al beneficio biológico y visualizamos el hecho de que cada vez tenemos menos biodiversidad, que los ecosistemas se están deteriorando y con esta iniciativa queremos impulsar el fomento de los ecosistemas urbanos», ha añadido la coordinadora.
Las cuatro ardillas tienen ahora una misión que cumplir para ello portan un collar emisor con el que se realiza un radio de seguimiento. De este modo, los responsables de la iniciativa pueden observar dónde se instalan y así recoger datos de las zonas que les resultan más atractivas para los ejemplares. Marín confía en que las cuatro ardillas se encuentren rápidamente a gusto en los jardines urbanos.
Junto a esta iniciativa, en Càdec trabajan en la caracterización de poblaciones y especies de murciélagos que hay en la ciudad de Valencia. Los quirópteros están en peligro de extinción y la labor que se realiza esta dirigida a favorecer el asentamiento sapo lacio es con cajas nido y con otra serie de técnicas.
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La iniciativa que se realiza por primera vez en Valencia se ha desarrollado mediante la colaboración con el Centro de Recuperación de Fauna de El Saler de la Generalitat Valenciana. Al acto de la suelta de las ardillas han acudido el concejal delegado de Energías Renovables y Cambio Climático, Roberto Jaramillo, la regidora de Bienestar Animal, Glòria Tello, y delegada de Parques y Jardines, Pilar Soriano.
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