El área metropolitana más desconectada

Moverse por el área metropolitana en transporte público es, cada día, para miles de usuarios un verdadero reto. Medios limitados, itinerarios poco flexibles o «simplemente inexistentes», servicios «masificados» y una surtida variedad de deficiencias históricas jalonan el camino de más de un millón de personas que se desplazan a diario por el cinturón de Valencia para volver a su casa, llegar al trabajo o cursar sus estudios.

Los vecinos de Alaquàs, Aldaia, Xirivella, Barrio del Cristo y avenida de la Paz de Mislata viven prácticamente pegados a Valencia. Sin embargo, usar el tren de Cercanías para llegar al cap i casal equivale a más de 40 minutos de trayecto. «Somos más de 100.000 personas. No hay Metro y la alternativa del tren es inasumible para ir a trabajar o llegar a clase». El 89% de los usuarios que decide hacer uso de las líneas de autobús (por economía, evitar atascos o no poder aparcar en Valencia) dispone de «servicios firmados hace 30 años y caducados, desde hace una década, masificados y con muchísimas carencias», explica Paco Magro, portavoz de la Plataforma por el Transporte Público de l'Horta Sud.

Con las frecuencias actuales y si el autobús a tomar va lleno, «muchas veces te tienes que esperar a que pase el siguiente y eso supone estar hasta 25 minutos más en la parada. Por supuesto, ya no llegas a ninguna parte a tiempo». Esta situación, por ejemplo, se produce en Xirivella, «de 7:30 a 10 horas» y, en las paradas de Valencia «en horas punta, a las 17:30 y las 20:30». Tanto es así, que el índice de ocupación medio de los vehículos, en las tres líneas en las que se solicitan aumentos de expediciones, «es de 31,28 pasajeros por vehículo, muy superior a cualquier otra contrata», destaca Paco Magro. Más de la mitad del pasaje de Metrobus transita por «nuestras poblaciones, lo que da una idea de la necesidad clamorosa de aumentar expediciones y acortar frecuencias».

El sistema tarifario del servicio de autobús CV-106 deja a los usuarios «en absoluta discriminación con respecto al resto del área metropolitana». Los viajeros llevan años reclamando bonos «asumibles y adecuados». El 80% del pasaje «opta por pagar el billete sencillo. No podemos aceptar que, en la misma área metropolitana, entre Torrent y Paterna o Moncada, una persona viaje con bono de 1,02 euros, mientras que para desplazarse de Xirivella o Alaquàs, hasta Sedaví o Alfafar, tengan que validar dos veces con el bono transbordo AB, con el coste de 3,10 euros o pagar dos billetes sencillos de 1,45 cada uno». Los usuarios lamentan este «evidente agravio comparativo en materia de precios».

Es una de las históricas demandas de los municipios que se ubican en el eje de la carretera Real de Madrid, como es el caso de Benetússer, Alfafar, Sedaví, Massanassa, Catarroja, Beniparell y Silla. Por ejemplo, hasta las áreas industriales de Beniparrell se desplazan a diario una media de 5.000 personas. No hay apeadero de Renfe. Benetússer ha solicitado a la recién constituida Autoridad Metropolitana del Transporte, aprovechar el futuro itinerario de autobús (la L-3B) para dar servicio a la zona de Los Grupos y de los polígonos de Paiporta, La Mina y La Pascualeta, habilitando una parada cerca del cementerio. Benetússer también reclama la conexión con la zona comercial y de ocio de Alfafar y Massanassa.

La nueva línea de autobús nocturno, durante los viernes, sábados y vísperas de festivos, deja fuera a poblaciones como Picassent y Alcàsser, que se han quedado fuera del nuevo mapa, a pesar de que representan una población de 30.000 habitantes. Beniparrell también recalca que el itinerario cubre el eje de norte a sur, pero olvida el este-oeste.

Los habitantes de Benetússer, Alfafar, Sedaví, Massanassa, Catarroja, Beniparell y Silla no tienen más remedio que ir primero hasta Valencia, en tren o en autobús, para poder llegar a otros municipios vecinos como Torrent, Paiporta o Picanya, situados a menos de un cuarto de hora en vehículo privado. El trayecto en transporte público puede sobrepasar la hora de reloj en estos casos.

Los habitantes de Sedaví tienen un problema cuando tienen que desplazarse hasta el hospital de referencia que es el Peset, en Valencia. No hay una línea de autobuses que comunique con las instalaciones sanitarias, por lo que tienen que ir andando hasta la parada de la línea 9 de la EMT, más allá de La Torre, u optar por el transporte privado. Otras poblaciones como Silla o Paterna han tenido que poner líneas de autobús por su cuenta para llegar hasta La Fe, evitando transbordos y trayectos de hasta tres horas.

En poblaciones como Puçol los vecinos que hacen uso del tren de Cercanías afrontan esperas «de más de 25 minutos». Los autobuses interurbanos son escasos, «pasa uno por la mañana y otro por la noche. Además, se está negociando con la Consellería un régimen tarifario, ya que un viaje individual en tren puede llegar a costar seis euros y tarda una hora para 15 kilómetros de trayecto», destacan desde el Consistorio.

La única conexión de Vinalesa es la línea 36 de la EMT. Su baja frecuencia repercute en el número de viajeros. La espera habitual ronda la media hora pero, en días festivos, el paso entre autobuses se alarga hasta los 75 minutos, trayecto aparte.