El arte cae víctima del vandalismo

Es sabido por muchos que el artista italiano Antonio Ponzanelli (1645-1735) llenó de esculturas la propiedad de un canónigo en Patraix allá por el siglo XVII, un mecenas de gusto exquisito que tras huir de Valencia (era partidario de Felipe V), no pudo ver cómo todas sus obras de arte eran repartidas por la ciudad para embellecer puentes, jardines y alamedas. Dos de estas piezas han sido víctimas de la degradación y el vandalismo.

La primera y más conocida es el Tritón, una fuente-escultura que decora la esquina del jardín de la Glorieta próxima a la calle del Mar. La asociación Círculo por la Defensa del Patrimonio denunció ayer que la pieza está «rajada de arriba abajo», como señaló de una manera tan gráfica César Guardeño, uno de los integrantes de la entidad.

El mal estado de la escultura es más que evidente. «Ya no sabemos qué parte es original de tantas reconstrucciones que se han hecho estos años», dijo. Uno de los motivos es la canalización del agua, que por la «falta regular de mantenimiento y la ausencia total de inspecciones» ha estropeado históricamente la obra de arte del escultor italiano.

Guardeño recordó que en 2009 ya se realizó una reparación por el mismo motivo. «Tienen un problema con el agua, no lo supieron resolver y volvemos a las mismas», indicó, para asegurar que esta escultura «presenta problemas internos de filtración desde hace más de diez años, cuestión que ya ha provocado daños y desperfectos en el pasado, teniendo que intervenir en varias ocasiones sobre la misma, para reparar la tubería que recorre el cuerpo por dentro».

En esta ocasión, se puede ver perfectamente una grieta que va desde la cara hasta los glúteos y que abre en canal todo el torso del Tritón. «Las dimensiones de la misma ponen en serio riesgo la integridad de este Bien de Relevancia Local, pudiendo provocar la caída y desprendimiento a la fuente o al propio jardín, con el peligro para los viandantes».

El portavoz de la entidad señaló que la asociación ha pedido en «infinidad de ocasiones que el Ayuntamiento retire de la vía pública las esculturas originales con mayor valor patrimonial. Muchas han sido dañadas y mutiladas en tantas ocasiones que ya han perdido buena parte de sus elementos originales, teniendo que ser estos reemplazados y parcheados con otros materiales».

La segunda pieza de Ponzanelli afectada es la fuente de la diosa Ceres en las Alameditas de Serranos. «En este caso estamos casi con seguridad ante un delito contra el patrimonio cultural tipificado en el Código Penal, dado que la escultura ha sido derribada, no sabemos si intencionadamente o por accidente, provocando su rotura por completo».

En opinión de Guardeño, se sigue «echando en falta medidas contundentes para prevenir, identificar y sancionar a los responsables de estos ataques contra nuestros bienes patrimoniales». La escultura se encontraba en las Alameditas desde 1969 y está realizada en mármol, al igual que el resto de la valiosa colección del Huerto de Pontons, como se llamaba la villa del canónigo.

No es el primer caso que ocurre en estos jardines protegidos que discurren por la marginal derecha del viejo cauce, a la altura de las torres de Serranos. La escultura 'La niña de las coletas' de Esteve Edo fue arrancada incluso y desapareció durante unos días, hasta que fue encontrada en una calle del Carmen. En 2018, cuatro piezas del escultor Ponzanelli fueron restauradas y se exhiben en el Museo de la Ciudad.