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Catalá observa a Badenas tras el pacto PP-Vox para la gobernabilidad del Ayuntamiento de Valencia en octubre de 2023. Irene Marsilla
Análisis

Pólvora mojada en Vox

La marcha de Herrero deja un campo de minas político en el resto de mandato a Catalá. Y un futuro si cabe más incierto para el partido de la derecha populista. Más pendiente de la voz de su amo en Madrid que de los intereses de Valencia

Arturo Checa

Valencia

Domingo, 9 de marzo 2025, 22:51

La pólvora, la sangre altera. Podría ser el alter ego de la frase con la primavera, aún por llegar. Pero con un nexo común. Alguien ... debería analizar por qué en el tiempo 'prefallas' y primaveral, todo parece estallar en Vox. Aunque sea con pólvora mojada. Aunque sea con unos fuegos de artificio que al final le explotan en la mano al partido de la derecha populista. Aunque el estallido obligue a recomponer el paso de nuevo a una María José Catalá que no parece poder tener unas Fallas tranquilas. Ni un mandato sosegado.

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El año pasado, los corrillos políticos de los despachos nobles del Ayuntamiento ardían antes de la mascletà. Vox lanzó en marzo de 2024 andanadas con cuestiones ideológicas de las que tanto les gusta hacer mantras: inmigración, fascismo y mujer. Con los estanques contra indigentes en el río, el intento de quitar el nombre de Guillem Agulló de un pequeño paseo de Viveros y el bloqueo de las políticas de empleo femenino en Valencia Activa. Un mes antes, el concejal de Vox en la Albufera, Gosálbez, sacó «la burbuja del cambio climático» en una jornada de la Capitalidad Verde.

Los de Badenas sólo lograron contentar a sus acólitos. Y ni eso. Porque nada consiguieron. Sólo 'marcar territorio'. Y tensar la cuerda de la gobernabilidad con Catalá más allá de lo que siempre ha estado al mezclar dos partidos que, al final, es como intentar combinar agua y aceite. Imposible.

En lo práctico, el panorama con el paso de Cecilia Herrero al 'grupo mixto' deja un campo de minas político en el resto de mandato a Catalá. Herrero tendrá que explicar por qué lo hace. Cuánto hay de cuestiones personales y cuántas políticas. Cuánto de profesionalidad y cuánto no. Porque el futuro es si cabe más incierto para el grupo municipal de Vox. Un partido más pendiente de la voz de su amo en Madrid que de los intereses de Valencia.

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