Maleza. Uno de los matorrales que crecen en el puente de la Trinidad. jesús signes

Los puentes del cauce piden mejoras

Los cinco pasos más antiguos del viejo Turia siguen a la espera desde hace lustros de una mejora que frene su degradación

Paco Moreno

Valencia

Lunes, 30 de mayo 2022, 00:08

Son cinco joyas de la ciudad que hunden sus orígenes en la Edad Media en algunos casos, aunque no tienen el lustre que se merecen. Los puentes históricos del jardín del Turia se encuentran a la espera de una merecida restauración que elimine humedades, arbustos ... que crecen entre las piedras, nuevo pavimento debajo de sus imponentes arcos y también artefactos añadidos en todas las épocas, como cableado, asas de hierro y tornillería.

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El problema no es nuevo, sino que se remonta prácticamente a la época en la que la ciudad recibió la propiedad del actual jardín del Turia. Este año se celebra el 35 aniversario de la apertura al público de los primeros tramos del parque, buen momento pues para dirigir la mirada a los puentes pendientes de intervención.

Un paseo constata dos hechos, como que el jardín del Turia es sin duda el centro de ocio de Valencia por excelencia por la enorme afluencia de público a última hora de la tarde, cuando cae el fuerte calor en Valencia, donde la primavera ha comenzado a confundirse con el verano. Clases de yoga en grupo, paseos de perros y mucha gente haciendo deporte en bicicleta y running, aprovechando el circuito construido por la Fundación Trinidad Alfonso en varios tramos.

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Lo primero que llama la atención es la profusión de matorrales y hasta pequeños árboles que crecen en los pretiles y las juntas de los sillares de los puentes, prácticamente sin excepción en ninguno de los cinco casos. Fuentes de la asociación Círculo por la Defensa del Patrimonio recuerdan que su primera reclamación al Síndic de Greuges por este motivo se remonta a septiembre de 2013, con el anterior gobierno municipal.

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Tras varias recomendaciones, la decisión del Ayuntamiento en abril de 2021 fue impulsar una reunión de coordinación para aglutinar en el Servicio de Patrimonio Histórico todas las competencias de mantenimiento y cuidado de los cinco puentes, hasta entonces dispersas. El presupuesto municipal debe respaldarlo, con el fin de acelerar la eliminación de pintadas, matorrales y suciedad.

Paisaje. En el puente de Serranos, la vegetación oculta el monumento. | Asentamiento. El puente del Real concentra un grupo de tiendas de campaña. Signes | Humedades. El mal estado de los sillares es evidente en el puente del Mar. J. Signes

A pesar de esa mejora, los cinco puentes necesitan mucho más, en concreto proyectos integrales de rehabilitación. De momento se ha realizado sólo uno y fue con motivo de la Copa América de vela, cuando el Consistorio pidió un crédito extraordinario para embellecer la ciudad. Entonces se realizó una intervención completa en el puente de Serrano, incluida la rampa de carruajes.

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La peatonalización de este paso marcó el camino, no sin polémica debido a algunos añadidos como los miradores sobre los tajamares. Después llegó el cierre al tráfico del puente de San José, aunque sin más obras añadidas.

En el puente de la Trinidad se realizó también una renovación de las aceras, el asfalto y la apertura de dos escaleras para bajar el jardín del Turia, tan inclinadas y resbaladizas cuando llueve que hay carteles donde se recomienda agarrarse al pasamanos. Está pendiente el debate de peatonalizarlo igual que pasó con el de San José y el de Serranos.

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Aguas abajo, el que se encuentra en peor situación es el puente del Real, aunque no sólo por las humedades y charcos que se observan en varios lugares, que también, sino por la presencia de un asentamiento en la parte pegada al marginal derecha, una fila de tiendas de campaña, hornillos y carritos de supermercado que sirven a los indigentes que malviven en el lugar. Eso es con seguridad lo más urgente a resolver por el Consistorio.

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El último de los cinco puentes históricos es el del Mar, dominado por una enorme lámina de agua, alrededor de la que se reúnen familias, grupos de deportistas, fiestas de cumpleaños, etc. Igual que en los cuatro casos anteriores, la maleza tanto en los pretiles próximos como en los arcos es lo que más llama la atención a los visitantes.

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Pavimento irregular

Otro aspecto que llama la atención enseguida es el mal estado del suelo justo debajo de los puentes. Además del uso de distintos materiales como grava o tierra morterenca, se encuentran las distintas pistas que los cruzan. Carriles ciclistas, pistas de running, senderos bacheados,... Todo hace que aumente más la sensación de abandono.

Las humedades han cristalizado sales en numerosos lugares, aunque sin duda el que se lleva la palma es el puente del Real, donde el musgo y los líquenes se han convertido en parte del jardín. Además, parte de las ramas de los árboles están tan cerca que ocultan la contemplación de este monumento, el más transitado por el tráfico de vehículos.

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Este es uno de los aspectos a tener en cuenta a la hora de rehabilitar los puentes, el del paso de vehículos. No en vano, la guía de reurbanización de Ciutat Vella, un documento técnico conocido a mediados de 2021, incluyó la recomendación del cierre del tráfico en los dos casos que quedan, el de Trinidad y el citado del Real, con el fin de preservarlos.

Esto supone un debate añadido en los actos programados por el Ayuntamiento para el 35 aniversario de la apertura de los primeros tramos. De momento, lo más próximo es cuanto a la finalización del jardín del Turia es el concurso de ideas del Parque de Desembocadura, con una inversión de 35 millones de euros que irá desde el puente de l'Assut de l'Or hasta el puerto. Los candidatos tienen hasta el 27 de junio, a las 12 horas, para inscribir sus propuestas y desarrollarlas en la siguiente fase.

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