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Las auditorías a las entidades dependientes del Ayuntamiento de Valencia continúan revelando importantes deficiencias en organismos tan importantes como Aumsa, Junta Central Fallera o el Palau de la Música. En la práctica totalidad de las auditorías, el resultado es desfavorable.
En Aumsa, por ejemplo, ... se ha efectuado un informe de control interno y procedimientos de los circuitos de compras y pagos a proveedores. «La entidad no dispone de unos manuales de procedimientos escritos que estén debidamente aprobados por los órganos de gobierno o por los órganos de dirección de la Entidad, en los que se detallen las diferentes actuaciones realizadas en los procesos de facturación, gastos y pagos, así como las funciones y responsabilidades del personal involucrado, y se identifiquen los riesgos y los controles definidos para mitigarlos», indica el texto. Cabe recordar que fue esta falta de documentos lo que, entre otras cosas, permitió el robo de 4 millones de euros de las arcas públicas en el seno de la EMT en septiembre de 2019.
En lo referente a los pagos, la auditoría critica que el abono de algunos suministros « se efectúa mediante domiciliaciones bancarias». «Si bien se realiza una comprobación posterior de la adecuación de los importes cargados en cuenta, sería recomendable como medida de seguridad, que el sistema informático dispusiese de alertas que impidiesen el cargo en cuenta de recibos que superasen una cuantía razonable», dice el documento.
La auditoría efectuada a Aumsa, aunque es favorable, sí plantea la «existencia de fraccionamiento en la adquisición de suministro de equipos informáticos y en la contratación de prestación de servicios profesionales de forma recurrente». Además de en Aumsa o en la EMT, los auditores han detectado fraccionamiento de contratos en el servicio de agencia de viajes para la gestión de los desplazamientos y estancias de los órganos directivos y de los invitados a participar en la celebración de la 35ª edición del festival Mostra de València-Cinema del Mediterrani, por considerarlos recurrentes y planificables.
Respecto a las cuentas, aunque la auditoría de Fides Auditores es favorable, sí apunta que el salario del gerente «ha excedido del máximo establecido en el Plan-programa de armonización y homologación de las entidades del sector público del Ayuntamiento de Valencia». «Además, no ha presentado las declaraciones de bienes y derechos patrimoniales», apunta la auditoría.
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En lo referente a Junta Central Fallera, la opinión de los auditores es desfavorable. En el rosario de incumplimientos, lo más llamativo son algunos gastos efectuados sin control, como 46.239 euros en taxis para «mayoritariamente, personal ajeno a la entidad». «Adicionalmente, cabe señalar que en los tickets justificativos no se identifica al perceptor, ruta empleada y motivo del desplazamiento», dice el documento. Los auditores también denuncian que se han gastado más de 8.000 euros en gasolina sin justificar o que la Junta haya entregado 102.000 euros en subvenciones a 22 comisiones sin que estas ayudas estuvieran justificadas.
Vamos ahora al Palau de la Música, donde desaparecieron 5.500 euros de una caja tras un robo ocurrido en septiembre de 2020. La opinión de los auditores es, de nuevo, desfavorable. «La recaudación en efectivo que se obtiene cada día por taquilla se deposita en una caja fuerte ubicada en el edificio de oficinas. Sin embargo, los fines de semana, el dinero que se obtiene de la venta de entradas en efectivo se queda en la caja registradora ubicada en las taquillas», dice el texto, que apunta que estos hechos «ponen de manifiesto un insuficiente control e indebida custodia del activo» económico del Palau.
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