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El Ayuntamiento de Valencia firmó ayer su adhesión a la Autoridad del Transporte Metropolitano, la entidad creada por la Conselleria de Obras Públicas hace ahora un año para coordinar las políticas de movilidad y el transporte público en el área metropolitana.
Sin embargo, hasta ahora, la entidad no ha realizado ninguna acción y, según explicaron el alcalde, Joan Ribó, y la consellera de Obras Públicas, María José Salvador, se esperan las ayudas del Gobierno para poder aplicar, entre otros aspectos, la integración tarifaria de los diferentes operadores de transporte. Los dos políticos hacían referencia al contrato programa que tienen ciudades como Barcelona, Madrid o Sevilla pero no Valencia y que supondría unos 38 millones anuales para el transporte público.
Por otro lado, el Ayuntamiento descartó buscar otras ubicaciones para el taller provisional de la línea T-2 ante el rechazo de los vecinos de Quatre Carreres. En este sentido, Ribó aseguró que escuchará a los vecinos pero reiteró que se trata de «un garaje» para que los trenes permanezcan durante la noche. «Si tiene que haber algún tipo de reparación, el tren será llevado a los talleres. No tiene sentido hacer unos talleres provisionales, que sería muy costoso», dijo.
Respecto a la reactivación de las obras, Salvador explicó que se está pendiente de la adjudicación de la redacción de proyectos y, por tanto, comenzar en 2019 y finalizar en 2021 en el caso del tramo calle Alicante-Oceanogràfic. Para 2023 quedaría llevar el trazado ferroviario hasta Nazaret y, posteriormente, «a largo plazo» la conexión Nazaret- Malvarrosa, que «es un sueño», según reconoció Ribó.
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