El Ayuntamiento ha sacado a concurso un nuevo servicio de erradicación del mosquito tigre en Valencia, con la novedad de que la empresa adjudicataria trabajará también en propiedades privadas como viviendas, solares o naves industriales. Es más, los vecinos que se nieguen a colaborar quedarán inscritos en un listado ante posibles responsabilidades por la propagación de estos insectos en esas zonas.
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El gasto previsto asciende a 330.000 euros por los dos años de contrato. Incluye la formación e información que se dé a los vecinos, dado que los expertos consideran que buena parte de esta plaga se extiende en focos de pequeños charcos y acumulaciones de agua disimulados en macetas, neumáticos, ventanas o incluso la cornisa de los edificios afectados.
El mosquito tigre se detectó por primera vez en Valencia en julio de 20155 gracias a la red entomológica instalada en diferentes zonas del municipio. Desde entonces se han llevado a cabo numerosas actuaciones de fumigación y control en la red de imbornales en los barrios más críticos, así como la edición de trípticos informativos, charlas y jornadas en colegios profesionales.
La erradicación completa de este insecto se da por descartada, aunque sí su control. Para esto se ha planteado ahora una estrategia específica en puntos sensibles. Así, se repasarán 7.000 imbornales en la red de alcantarillado, junto con una «campaña informativa de formación y capacitación ciudadana mediante la estrategia puerta a puerta», según figura en el pliego de condiciones del concurso.
En propiedades privadas, el Consistorio pedirá a la empresa adjudicataria tratamientos larvicidas durante la época de máxima actividad de la especie, según su ciclo biológico, mediante biocidas o la eliminación de criaderos. «Para ello se tendrá que llevar a cabo una planificación administrativa con los usuarios para asegurarse la accesibilidad a los focos», se añade.
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Además, también se colocarán «ciertos tipos de trampas en los domicilios para extraer índices entomológicos comparativos y evaluar la reducción de la incidencia del mosquito tigre». Uno de los aspectos más importantes es que los operarios de la empresa deberán realizar un «reporte de los ciudadanos que rechazan este tipo de intervenciones, para que el Ayuntamiento pueda llegar a interpretar posibles problemas posteriores vinculados a la actividad de la especie en dichas propiedades».
Cartografía. La utilización del Sistema de Información Geográfica se perfila como una herramienta fundamental para las brigadas.
Accesibilidad. Uno de los propósitos es que se dé una respuesta personalizada a la demanda de los vecinos y que sea eficaz.
Recursos. La empresa dispondrá de tres técnicos para el proyecto y otros tantos vehículos adaptados para llevar productos tóxicos.
Respuesta. El plazo máximo para aplicar un tratamiento en las zonas prioritarias será de 72 horas como máximo.
Uso de datos. El Sistema de Gestión de Seguridad de la Información servirá para cumplir con la Ley de Protección de Datos y será sólo disponibles a los afectados y personas autorizadas.
Esto se hará para disponer de «un precedente y herramienta clara a la hora de aplicar las sanciones pertinentes que puedan haber recogidas en las ordenanzas sobre la prevención del mosquito tigre». El programa prevé también encuestas de satisfacción en los barrios donde se realicen las intervenciones.
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Algunas de estas propiedades estarán monitorizadas con «trampas de ovoposición para medir y reducir la densidad poblacional en las áreas tratadas». Junto con el tratamiento para ejemplares adultos también se aplicarán «especies depredadoras de larvas de mosquitos en masas de agua permanentes, siempre que no suponga ningún proceso de invasión biológica en el ecosistema local».
La empresa ganadora del concurso tendrá que habilitar un canal en internet abierto para el público, donde puedan ver todos los trabajos que se realizan, además de un teléfono para avisos de plagas. Los tratamientos irán precedidos de ensayos para comprobar la efectividad de los productos, como el uso de pinturas insecticidas, biocidas de alta persistencia en los imbornales y otros lugares que sirvan en potencia para la cría de las larvas. «Sólo así se conseguirá al efecto deseado de exclusión» en las zonas más críticas.
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