El Ayuntamiento margina la ruta ciclista del jardín del Turia

Dos millones de euros en inversiones en 2012 en los carriles ciclistas del jardín del Turia carecen de importancia para el actual gobierno municipal, a tenor de la respuesta dada al Síndic de Greuges, donde se desestima la mejora de la iluminación en uno de los tramos centrales al asegurar que se trata de una vía ciclable y, con la ordenanza en la mano, sólo se podría circular a diez kilómetros por hora. Así se despacha la petición de un particular que se remonta a 2013, sólo un año después de que acabara la remodelación completa de los 18 kilómetros de carriles ciclistas en el viejo cauce. Entonces se derivó en algunas zonas el tráfico de bicicletas a los laterales, para que no se mezclaran con viandantes ni corredores, lo que ya había deparado algún accidente. El propósito de la denuncia era alertar de la falta de alumbrado en el carril bici que va junto al pretil de la marginal derecha, entre el puente de la Trinidad y el del Real.

En otros tramos, la circunstancia hace que el itinerario ciclista vaya pegado al peatonal, como ocurre por ejemplo en el Palau de la Música y la Ciudad de las Ciencias. De esta manera las farolas colocadas para los viandantes favorecen a los usuarios de la bicicleta. No es el caso de la zona citada, donde se descarta cualquier mejora y se da por amortizado lo que se denomina vía ciclable.

En concreto, la respuesta dada al Síndic de Greuges por el Organismo de Parques y Jardines es que «esta iluminación sólo pretende permitir el paso por el jardín, y no su uso y disfrute como en horario nocturno». A continuación se señala que el carril bici por el jardín del Turia «es en realidad una vía ciclable para el disfrute del propio jardín y existen alternativas para discurrir por fuera del cauce». Como publicó LAS PROVINCIAS, en uno de los tramos del viejo cauce ya coinciden cuatro carriles ciclistas, entre el puente de las Artes y el Pont de Fusta. El cuarto ya está en construcción, a la altura de la escuela de Idiomas. La tesis del Consistorio es que los itinerarios hechos después inutilizarán los que van por el jardín, que costaron dos millones.

Así queda claro cuando se indica que por ordenanza la «velocidad máxima permitida es el paso de peatón, no más de 10 km/h. En horario nocturno la iluminación sólo está diseñada para permitir el tránsito ocasional por el jardín incluso bajándose de la bicicleta, por lo que el usuario debe adaptar la velocidad a las condiciones de la vía». Se añade que para la «circulación y sobre todo para la nocturna los usuarios deberían de discurrir por las alternativas que existen por la calle convenientemente iluminadas». La recomendación del Síndic no tiene en cuenta esas consideraciones y dice que el Ayuntamiento debe «adoptar medidas precisas para analizar la petición del interesado, revisando las condiciones de iluminación del carril bici y determinando las necesidades reales de alumbrado, en aras a garantizar tanto la seguridad de sus usuarios como los objetivos de ahorro energético».

El Consistorio tiene un plazo de un mes para decidir si ahora la acepta o la desestima.