El Ayuntamiento recurre a inmobiliarias tras recibir sólo dos ofertas de venta de pisos

La concejalía de Vivienda de Valencia ha tenido que echar mano de agencias inmobiliarias después de recibir sólo dos ofertas en el concurso de compra de pisos para ampliar el parque público municipal y destinarlos a familias sin recursos, normalmente en régimen de alquiler.

El plazo de presentación de ofertas acabó el día 4 con un presupuesto máximo de un millón de euros. Las dos recibidas deben ser todavía chequeadas por los técnicos municipales antes de aprobar la compra, por lo que es posible que no cumplan con los requisitos mínimos.

En todo caso, fuentes de la concejalía de Vivienda gestionada por la delegada Isabel Lozano señalaron que la cantidad sobrante pasará a 2021 para continuar con un proceso de compra directa. De momento, precisaron, se han recibido medio centenar de ofertas de las agencias inmobiliarias a las que se ha consultado.

El concurso fue anunciado a mediados del pasado julio y uno de los motivos de su escasa repercusión ha sido al parecer la falta de una campaña de difusión adecuada. Otra de las iniciativas para la activación del mercado de alquiler, una subvención para la reforma de pisos, sí que ha tenido más aceptación con una veintena de casos en toda la ciudad.

A la hora de comprar una vivienda, el Ayuntamiento fijó ocho requisitos. Los dos más importantes fueron que el precio máximo no debía superar los cien mil euros y que el límite por metro cuadrado debía estar en 1.322 euros el metro cuadrado.

Los otros eran que la vivienda debe estar obviamente en el término municipal de Valencia, además de situarse en suelo urbano, eliminando las que están fuera de ordenación y fuera de cualquier ámbito de Unidad de Ejecución del planeamiento.

También que los pisos ofertados no deben estar en edificios con orden de ejecución de obras de conservación sin cumplir, además de entregar un certificado de ITV en el caso de tener una antigüedad de más de 50 años. El Ayuntamiento ha presupuestado 1,1 millones en obras de reforma a lo largo de 2021 en las viviendas públicas, a lo que sumará el sobrante del millón de este ejercicio para la compra de nuevas. La idea es que el parque crezca en los barrios donde ahora hay menos.

En una de las zonas donde hay mayor concentración, los barrios del Cabanyal y el Canyamelar, la estrategia pasa por desprenderse de algunas viviendas, con el fin de que la empresa Plan Cabanyal reciba ingresos, además de rehabilitar algunas con fondos de otras administraciones.

La falta de un parque público de viviendas es un mal crónico, por lo que en los últimos años ha aumentado la aportación de las ayudas para el alquiler. Sin salir del Marítimo, el plan del Cabanyal prevé algunas promociones en solares públicos, sobre todo junto a las calles Doctor Lluch y Eugenia Viñes, aunque se trata de iniciativas a largo plazo, dado que ni siquiera el planeamiento está aprobado.

Fuera de ese ámbito, donde el Consistorio tiene más posibilidades de conseguir viviendas propias es en zonas de desarrollo como las Moreras, Malilla, Fuente de San Luis o Benimaclet, donde hay sectores en plena edificación o pendientes todavía de aprobación.