El Ayuntamiento de Valencia reserva otro edificio del centro para oficinas

El Ayuntamiento ha finalizado la construcción de un edificio entre la calle Guillem de Castro y la plaza del Pilar, que será destinado a centro de atención a personas con dependencia. Así se ha anunciado tras una visita de obras de la vicealcaldesa Sandra Gómez y la concejala de Bienestar Social, Isabel Lozano.

«Con este proyecto atendemos las reivindicaciones de los vecinos del barrio de Velluters, y acabamos con un solar que llevaba décadas vacío para recuperar por fin y poner en valor el patrimonio histórico de Ciutat Vella», ha afirmado la vicealcaldesa quien ha precisado que las obras han contado con un presupuesto de 2.507.619 euros, financiado íntegramente por el Plan Confianza y han integrado los restos arqueológicos del antiguo claustro.

El edificio consta de dos partes, una hacia la plaza del Pilar, sin ventanas, y otras recayente a Guillem de Castro. El patio interior muestra los restos arqueológicos, con un lado que hace las veces de corredor para pasar de una zona a otra. De ahí que las ruinas puedan ser visitables.

Por su parte, Isabel Lozano ha explicado que este nuevo espacio municipal en la calle Guillem de Castro pretende alojar la unidad administrativa de promoción de la autonomía personal y atención a las situaciones de dependencia: «Queremos tener un centro potente de tramitación, de atención y de generación de recursos para toda la población que está en situación de dependencia y de discapacidad y, así, que puedan tener una atención eficaz y de la mejor forma posible», ha afirmado.

El nuevo centro sociocultural, de unos 938 metros cuadrados útiles, consta de dos edificios de cuatro plantas separadas por un patio. Los nuevos edificios recuperan las alineaciones históricas del patio del convento, en el interior de la manzana. El edificio Oeste, que recae a Guillem de Castro, tiene una imagen más contemporánea, con un muro cortina de vidrio. En cuanto al edificio Este, que recae a la plaza de Pilar, integra una antigua portada de piedra que daba acceso a la portería del convento y que todavía se conserva.

La aparición de los restos arqueológicos del antiguo convento durante la fase de intervención arqueológica, obligó a modificar el proyecto inicial, con el objetivo de recuperar y poner en valor estos hallazgos y a la vez integrarlos en el espacio central. Así, se mantiene y se pone en valor el reloj de sol calificado de BRL (Bien de Relevancia Local); se dejan a la vista las bases de los antiguos pilares del claustro y se ha dejado visible también la marca de un aljibe en el centro del patio.

Por otro lado, la concejala de Servicios Sociales ha indicado que esta es una primera visita de obra, en la cual «tenemos que valorar la distribución de todo el espacio que hay en ese edificio y valorar también si queda alguno al que podamos darle un uso alternativo, bien sea para alojar actividades y propuestas de las entidades del barrio o también para hacer algún uso por parte del Ayuntamiento, cosa que tenemos que estudiar y valorar a partir de la adaptación que haremos con posterioridad a la entrega de la obra».

En un principio, el edificio se planteó para un albergue, aunque enseguida contó con el rechazo de la asociación de vecinos, que reclamó dotaciones para el barrio. Se trata de un proyecto que se remonta a la anterior etapa del Partido Popular, cuando un acuerdo con el Ministerio de Defensa logró la cesión de la propiedad al Ayuntamiento.

Entonces se habló de un centro de interpretación de Velluters, lo que fue rechazado de plano por las entidades vecinales. Era la época en la que el Colegio del Arte Mayor de la Seda estaba sin restaurar, por lo que el argumento fue que carecía de sentido esta inversión.

El origen del convento de Nuestra Señora del Pilar, de la orden de los dominicos, se remonta a 1614, cuando se legan bienes para su edificación. Los religiosos disponían de un establecimiento extramuros y deseaban un segundo dentro de la ciudad. En 1638 se aprueba la planta que se va a levantar y, a partir de la década de los 40 del siglo XVII, se inicia su construcción.

La estructura principal del convento se mantiene en la actualidad, a pesar de las reformas asociadas a usos posteriores. A partir de la desamortización de 1836, el inmueble pasa a manos militares y se convierte primero en residencia castrense y, a partir de 1843, en cuartel de intendencia de la Tercera Agrupación. Finalmente, deja de utilizarse en 1960 y se derriba en 1964.

• Temas
• Arqueología
• Sandra Gómez
• Ley de Dependencia
• Patrimonio histórico
• Urbanismo y construcción