«Con el máximo consenso con las partes implicadas». Así resolvió ayer el gobierno municipal cómo decidirá el diseño y la instalación de dos arcos chinos en el barrio de la Roqueta, una inversión de los presupuestos participativos de 14.000 euros que pasó por el pleno municipal y se ha convertido en un tema de fuerte debate por la oposición de vecinos y comerciantes, temerosos de que se agrave la imagen de gueto de la conocida como zona de Pelayo.
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La frase citada aparece en la moción alternativa leída por la concejala de Participación, Elisa Valía, y el delegado de Turismo, Emiliano García. Este último será el que se encargue de tramitar el encargo, muy alejado de un diseño tradicional y para el que se buscará colaboración de diseñadores valencianos, como adelantó LAS PROVINCIAS. Estará ubicado casi con seguridad en la calle Matemático Marzal.
La portavoz adjunta del grupo popular, María José Ferrer San Segundo, fue la que inició el debate para pedir la paralización del proyecto. «Hay comercio local, sólo el 8% de los vecinos tienen origen chino y existe un riesgo de gentrificación. La iniciativa no coincide con lo que debe ser un barrio multicultural porque conviven muchas nacionalidades».
La edil continuó diciendo que hacer «selfies en un arco supone categorizar un barrio, que además tiene idiosincrasia valenciana», al recordar por ejemplo la presencia del trinquet Pelayo.
«La fachada de la calle Xàtiva forma parte del BIC de Ciutat Vella. Sólo por eso hubiera requerido un informe de Cultura; ha habido un error que la concejalía debería enmendar», señaló, Para Ferrer San Segundo, hitos como el «trinquet deben ser tenidos en cuenta. La Fundació de la Pilota está en contra de los arcos chinos. El deporte valenciano merece ser potenciado y no invisibilizado. Incluso se ha constituido Salvem la Roqueta con todos los vecinos y comerciantes que se oponen. Incluso la Federación de Vecinos dice que se pierde la identidad del barrio. Los presupuestos participativos pueden pueden tener errores. Hay que ver si realmente está respaldado, escuchen el rechazo a un proyecto importado e impostado», añadió para terminar pidiendo que se suspenda para «revisar, busquen el consenso con los vecinos y con los demás».
El concejal de Ciudadanos Javier Copoví señaló que el proyeco ha pasado la viabilidad técnica y los votos de los vecinos. «No se puede negar la legitimidad del proceso, aunque la participación ha sido baja. Estamos a favor de propuestas consensuadas y la voluntad de la mejora del barrio», pidiendo que se iniciara un proceso de diálogo.
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La concejala de Participación, Elisa Valía, aseguró que la moción del PP «atacaba el proceso de participación, hay que asumir lo que sale ¿Quieren revisar lo que se vota? ¿Y quién lo revisa? Es antidemocrático y no nos van a encontrar ahí».
Aseguró que antes de «ejecutar el proyecto generaremos un consenso. Ya hemos hablado con la Fundació per la Pilota», dijo en referencia a la iniciativa de esta entidad para que en la calle Pelayo haya alguna referencia al deporte autóctono valencianos.
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