![El Ayuntamiento teme la llegada de inversores extranjeros al Cabanyal](https://s3.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2023/10/05/1468985685-Rj55iUg43ymmXQ9QTSoyO5L-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
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Al Ayuntamiento de Valencia le preocupa la gentrificación del barrio del Cabanyal. Así lo ha asegurado el concejal de Urbanismo, Juan Giner, que ha apuntado que la actual subasta de inmuebles puesta en marcha pr el PSPV seguirá adelante, pero que en el futuro la idea es rehabilitar y destinar las viviendas «a alquiler asequible para los vecinos». «Nos preocupa la llegada de inversores extranjeros que pujan a las subastas y que van a producir una auténtica gentrificación del barrio del Cabanyal», ha indicado Giner. Se refiere a la sustitución de vecinos de toda la vida por nuevos residentes, de poder adquisitivo alto, que desplazan a aquellos con rentas más bajas.
Giner ha respondido así a la portavoz del grupo municipal socialista, Sandra Gómez, que ha denunciado este jueves que «la parálisis, la desgana y falta de proyecto» de la alcaldesa María José Catalá afecta ya «también a la oficina del Plan Cabanyal que mantiene sin resolver la última subasta que realizamos en la anterior corporación». «Estamos muy preocupados porque casi cuatro meses después de que haya un nuevo gobierno hay entidades de organismos que están absolutamente atascados», ha señalado.
Además, ha recordado que la «falta de ganas de trabajar» y de «proyecto para la ciudad» por parte de Catalá «mantiene en el limbo la Marina, ha devuelto a la casilla de salida del PAI del Grao o dejado en manos de la constructora del PAI de Benimaclet y ha metido un cajón tanto Pérez Galdós como Guillem de Castro y la avenida del Puerto», ha citado a modo de ejemplo. Igualmente, ha denunciado «el regreso al pasado que supone devolver espacio a los coches y desmantelar carriles bici».
«Ahora le ha tocado también al Plan Cabanyal que está prácticamente olvidado por Catalá», ha lamentado, y ha reivindicado «la herencia que ha heredado el PP frente a la que nos encontramos nosotros al llegar». «Nos encontramos un barrio absolutamente destruido y al borde de la desaparición, con una zona cero tanto en los social como en lo urbanístico que nos esforzamos en revertir para que el Cabanyal-Canyamelar volviera ser un barrio con vida, para sus vecinos y vecinas», ha recordado.
En cambio, ha señalado que Catalá «se encuentra un barrio recuperado y lleno de obras que han regenerado las calles y las casas que Rita Barberá intentó destruir». Pero, ha lamentado que todo este trabajo «vuelve a paralizarse» y «está en peligro la continuidad de un proyecto que ha servido para recuperar el tejido social del barrio, frenar la venta especulativa de las inmuebles y que las casas pudieran seguir siendo propiedad de los vecinos y vecinas del barrio».
Así, ha remarcado su «preocupación» porque la subasta de inmuebles está «pendiente de resolver cuando tendría ya que estar resuelta y adjudicada». «Hay familias que han puesto ilusión y también garantías para poder concursar a la subasta de inmuebles que nosotros sacamos para ayudar a regenerar el barrio y sinceramente empieza a quedar mal empieza y a haber muchas dudas sobre la transparencia del proceso», ha expuesto.
Sandra Gómez ha hecho hincapié en que se está paralizando «la ilusión de muchas familias que tenían de poder optar a uno de estos inmuebles y contribuir a la rehabilitación del barrio, pero sobre todo lo que me preocupa es que se está cuestionando el deber y el principio de transparencia e igualdad que debe de regir en un proceso tan delicado como es una subasta de un inmueble».
En este sentido, el Consistorio insiste en que la subasta se hará «en sus propios términos y con total transparencia», pero que en el futuro pondrán medidas para combatir la llegada de inversores extranjeros que contribuyan a expulsar a los vecinos de toda la vida. Es un fenómenos que han vivido ya otros barrios de Valencia como Ruzafa o Ciutat Vella. En este último es particularmente sangrante, con residentes que nacen en el mismo barrio y que terminan comprando casas fuera de las calles que les han visto crecer debido al aumento de los precios. De hecho, Ciutat Vella es el segundo barrio más caro para vivir de Valencia, sólo por detrás del Ensanche, con un aumento de casi el 1% del precio de metro cuadrado en un año, según el portal especializado en vivienda Idealista.
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