El Ayuntamiento de Valencia descarta adquirir el antiguo convento de las Terciarias Capuchinas

En abril de 2022 las Terciarias Capuchinas de Valencia anunciaron que cerraban el convento ubicado en la calle Eixarchs de Valencia, cerca de los Santos Juanes, para venderlo a unos promotores privados. La operación se cerró en ese mismo año por 1,4 millones de euros, pero existía el derecho de retracto por parte de las administraciones pública, ya que era un Bien de Relevancia Local (BRL) y se había incluido en el Inventario General del Patrimonio Valenciano, y la situación se había quedado a la espera de una respuesta oficial.

Desde la Generalitat descartaron desde el primer momento optar a la adquisición, pero quedaba la duda de qué iba a hacer el Ayuntamiento de Valencia.

Si bien en principio el gobierno de Joan Ribó mostró su interés en exigir ese derecho de tanteo, en fecha de julio de 2022, e incluso llegó a iniciar el proceso, ahora finalmente han descartado adquirir la propiedad y precisamente de este tema se informará este viernes en la Junta de Gobierno.

Cabe recordar que en julio de 2022, desde la delegación de Patrimonio Municipal, se indicó que después «de consultar con la alcaldía se había confirmado el interés por ejercer el derecho al tanteo».

Este primer movimiento municipal motivó que los nuevos propietarios del inmueble, la firma Lova Tres, presentaran alegaciones en las que se detalló que, debido a diversos gastos, la cifra invertida ascendía a 1,6 millones. Además, la empresa incluso advirtió que la declaración de BRL afectaba únicamente a una parte de la finca, la recayente a la calle Eixarchs (un palacete del siglo XV) pero no a la fachada de la plaza de Juan de Villarrasa.

Ahora, finalmente, el Ayuntamiento de Valencia reconoce que, con independencia de las alegaciones, «actualmente no existe presupuesto suficiente con el que hacer frente al pago de esta adquisición una vez consultado el saldo del vigente presupuesto».

Por eso, desde el Consistorio se concluye ahora que no van a ejercitar el derecho de retracto para adquirir la propiedad por «no disponer de presupuesto suficiente» y, además, «por no constar que parte de alguna delegación o servicio municipal se haya manifestado la existencia de una necesidad real de adquisición de dicho inmueble».

Cabe recordar que en su momento las hermanas que gestionaban el convento aseguraron que vendían el edificio porque cada vez había menos vocaciones y menos hermanas.

En un principio intentaron vender sólo el palacete para quedarse en la parte moderna del edificio, pero el área de Urbanismo no les permitió separar o dividir las propiedades y, por eso, optaron por venderlo todo.

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