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Lola Soriano Pons
Valencia
Martes, 14 de mayo 2024, 01:10
El Ayuntamiento de Valencia ya tiene una propuesta para organizar el reparto de comida que vienen realizando en la calle varias oenegés que trabajan con ... personas sintecho o con escasos recursos. El objetivo es que estas entidades puedan seguir realizando estas labores, pero en plantas bajas, en locales que utilicen como sede, y no en el río y en distintas rutas por enclaves de la ciudad.
Esta es la iniciativa que comunicará el Consistorio a las distintas entidades en una reunión de trabajo que previsiblemente tendrá lugar a final de mes.
Precisamente esta medida es la que consideran más acertada y como alternativa a la entrega de bolsas con comida que hasta final de diciembre se hacía en el jardín del Turia y que desde el área de Parques y Jardines se desautorizó en el río, tal como explicaron en su momento, por generar demasiada basura que los servicios municipales no podían retirar a tiempo.
El gobierno municipal de María José Catalá ya anunció hace meses que no era digno hacer el reparto de comida a personas sintecho o con escasos recursos en la calle.
Por eso, como explica la concejala de Servicios Sociales, Marta Torrado, «lo que plantearemos para lograr una mayor coordinación, es firmar un convenio entre el Ayuntamiento y las distintas entidades que reparten comida para subvencionarles el alquiler de un local o sede social donde puedan seguir haciendo el reparto, pero de una forma más digna, y no en la calle y en mejores condiciones sanitarias».
Torrado detalla que ya hay cinco entidades que sí tienen local y otras seis no lo tienen todavía, pero en el convenio entrarían todas ellas. «De hecho, hemos calculado que asumir el alquiler anual podría suponer un gasto de entre 40.000 y 50.000 euros anuales, a razón de unos 700 euros de alquiler de cada local y sería para dedicarlos al reparto de alimentos y al almacenamiento de los mismos».
Además, para que estas entidades de alguna manera se sumen al circuito municipal, quieren plantear que estén coordinadas con los centros de servicios sociales municipales de Valencia «para que estén en contacto con el centro social del barrio donde esté la sede para coordinar las acciones».
Como argumenta Torrado, «muchas de estas entidades no sabían que desde Servicios Sociales damos ayudas para manutención en los trece centros sociales de Valencia que suele rondar los 400 o 500 euros para una persona sola y hasta de 700 euros para familias». Y añade que sería «un contrasentido que reciban la comida por doble vía. Además, también reciben pueden recibir ayudas para temas como la necesidad de gafas o dentistas».
La edil afirma que si hay una coordinación, «en Servicios Sociales también podrán conocer a quién se le da comida, para uma mejor organización». Y es que al parecer, en las entregas de comida en el río se estaba produciendo un efecto llamada y se había detectado que se desplazaba gente de otras localidades.
Según la edil de Servicios Sociales «si, por un lado, con la subvención de los locales conseguimos un reparto más digno y en mejores condiciones, y por otro lado, potenciamos los lazos de unión con el voluntariado, se mejorará el servicio» Además, se conseguiría descentralizar el reparto de comida, no concentrarlo, como pasaba en el río.
Si en enero se llegó a plantear la opción de llevar estos repartos a parroquias o mezquitas, ahora cobra fuerza el conveniar con las oenegés los alquileres de sedes sociales, un tema que se hablará con las entidades en la reunión pendiente de final de mes.
Esta propuesta va en la línea de lo que ya explicó la alcaldesa de Valencia, María José Catalá, en diciembre cuando fue preguntada por un tema durante una visita que realizó a Casa Caridad, donde anunció que aumentaba la ayuda para alimentos de los 100.000 euros a los 250.000 euros.
Entonces, dijo que el objetivo era comenzar el año «de forma coordinada y hacer una labor de pedagogía, ya que es importante y loable que sean solidarios, pero los repartos es vital que están coordinados, tiene una exigencias sanitarias», en referencia a las condiciones de los alimentos.
También fue más allá y dijo que su objetivo era «que las personas reciban un acompañamiento integral. No sólo se trata de darles comida, de un reparto puntual de alimentos. Hay que ir más allá».
Por eso, hizo un «llamamiento para que todas estas entidades solidarias se sumen al circuito municipal de ayuda social para que entre todos nos coordinemos, porque es importante hacer un seguimiento y un acompañamiento a estas personas desde muchas aristas, como la ayuda para que encuentren trabajo, ayuda psicológica, de integración, de vivienda...».
Todo esta filosofía también encaja con el reciente anuncio que ha hecho este mes Catalá de invertir medio millón de euros en la adecuación como nuevo albergue de una nave municipal en la calle Santa Cruz de Tenerife, junto a la Central de la Policía Local y el actual Centro de Atención de Emergencias Sociales. Este espacio tendrá un ala específica para las familias que lo necesiten y como primer paso para que puedan tener su propia vivienda y otra zona será para personas sin hogar.
Explicó que la idea es que este albergue esté abierto todo el año y que lleva la idea de que el Centro de Atención de Emergencias Sociales también abra to el año, no sólo cuando haya episodios de frío o extremo calor.
Igualmente Catalá adelantó que van a reforzar el tema de la atención a la salud mental «porque de las 366 personas que duermen en la calle en Valencia, hemos detectado que un 40% de ellas sufren adicciones, problemas de salud mental o patología dual, es decir, las dos cosas».
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