El Ayuntamiento de Valencia tala once árboles para hacer un carril bici

La medida no ha gustado nada a los comerciantes y vecinos de la zona, que consideran que es «un crimen que se talen árboles que llevan aquí décadas para hacer una línea recta y crear el carril bici», explica Andrés Alfaro, vecino del barrio.

Alfaro asegura que «hubiera sido mejor que los trasplanten, pero los han cortado y troceado y ya se han llevado hasta los troncos. Luego hablan de la capitalidad verde de Valencia».

Un comerciante de esta calle, José Antonio Pérez, asegura que estos árboles, que son de la especie 'brachiychiton', «nos daban sombra en verano y nos venían muy bien. Ahora hasta que pongan los nuevos y crezcan, esto será un secarral. Hacen el carril bici en línea recta y si les molestan los árboles, los cortan y ya está».

Otra comerciante, María Vázquez, detalla que además «en esta parte de la calle van a quitar un carril de circulación para ampliar las aceras y añadir el carril bici y se harán atascos y la gente no parará a comprar un minuto y también estará complicado para las furgonetas que van a servir a las tiendas. Los clientes que vienen a mi tienda se muestran indignados».

Otro propietario de un negocio, Lorenzo Matas, comenta que realmente «me parece mal que talen los árboles. Ya sé que dicen que van a poner unos nuevos, porque están construyendo alcorques, pero los que han cortado ya no están vivos».

Sonia Boix, comerciante también de José María de Haro opina que los que tienen que acudir «al trabajo en coche cada vez lo tenemos más difícil y eso que yo el fin de semana sí que voy en bici. Me parece fatal que los hayan cortado y eso que el gobierno es ecologista».

En otro negocio explican que si ya hay «un carril bici en Blasco Ibáñez y el que va por la calle Maderas, que conectan la zona de la estación del Cabanyal y el metro de Serrería, no entiendo que sea este necesario y que perdamos un carril de circulación».

Petra Esquinas, propietaria de una cafetería afirma que el miedo «es que la gente al estrecharse la calle ya evite pasar por aquí y no compre». En cambio otro comerciante, Álvaro Montolio, que trabaja en una tienda de animales explica que él tiene bici «y me vendrá bien. Reconozco que regaba los árboles que había, pero confío en que pondrán otros. Y lo que hace falta es que cambien las farolas que las que tenemos son muy antiguas».

Por su parte, desde el Ayuntamiento de Valencia justifican el talado de estos árboles y explican: «Hemos solventado una mala actuación del PP que plantó una especie inadecuada muy próxima a las fachadas de las fincas». Y añaden que han aprovechado «la actuación del carril bici para quitarlos». Incluso confirman que plantarán «unos nuevos árboles en nuevos alcorques más adecuados».

Cabe recordar que la especie que se ha eliminado es originaria de Australia y expertos como el investigador y profesor José Francisco Ballester-Olmos reconoce que «no es un árbol singular, pero se podrían haber trasplantado en esta época, porque suele hacerse a partir de febrero y marzo tomando volumen adecuado del cepellón, que es la masa de tierra y raíces del árbol».

A pesar de ello, detalla que con el dinero que no se ha invertido en el trasplante «se puede sustituir por árboles eficientes en crecimiento y eficiencia fotosintética».

Estas obras del carril bici, tal como recordaron recientemente desde el Ayuntamiento de Valencia, surgió de los presupuestos participativos Decidim VLC 2018 y dará servicio a los barrios de Ayora y La Isla Perdida a través de las calles José Aguilar y José María de Haro, entre las calles Jerónimo de Monsoriu y la avenida de Blasco Ibáñez. Se trata de una conexión bidireccional y segregada sobre la calzada que aumentará en 620 metros la red ciclista de Valencia.

Con estas obras, según añaden desde el Ayuntamiento, «se mejorará la accesibilidad, movilidad y seguridad vial en la zona y se ampliarán los espacios peatonales y se homogeneizará el ancho de la acera». Y también explican que se creará un nuevo paso de peatones en la calle José Aguilar con Sant Jordi y doce nuevos alcorques y también aparcabicis y plazas de motos.

Las obras contarán con una inversión de 477.753 euros, cuenta con fondos europeos Next Generation, y tienen una duración prevista de cuatro meses y medio.