El barrio de Valencia que se desespera por su polideportivo

Durante este tiempo han podido presenciar cómo se paralizaba el proyecto varias veces, cómo se trabajaba al ralentí e incluso con desacuerdos económicos entre la empresa y la Generalitat. Los vecinos detallan que se sienten «engañados. Nos dijeron que estaría terminado para el septiembre pasado, luego ya dijeron que para diciembre y sigue sin entregarse la obra», explican Juani Honrubia y Casilda Osa, directivas de la asociación de vecinos Nou Moles.

De hecho, el Ayuntamiento de Valencia tuvo que aprobar en abril la suspensión temporal del contrato de suministro de equipamiento deportivo que era preciso para 'vestir' el complejo de Nou Moles.

La decisión municipal fue por fuerza mayor, ya que la Conselleria de Educación y Deportes todavía no ha terminado las obras del polideportivo, por tanto, no ha entregado el edificio al Ayuntamiento de Valencia y, entonces, la administración local no puede realizar las tareas de equipamiento de las instalaciones.

Los residentes pensaban que por «la cercanía de las elecciones, se darían prisa en entregar el polideportivo, pero tampoco ha sido así», confiesa Honrubia.

Este barrio, que está delimitado por Pérez Galdós, 9 d'Octubre, la avenida del Cid y Pechina, tiene otros muchos asuntos pendientes con solares donde no llegan los proyectos.

Un buen ejemplo se encuentra en la calle Hermanos Rivas. En este punto, a la altura del número 20, hay un solar que trae de cabeza a los vecinos. «Resulta que se utiliza para aparcar coches, pero es un terreno que se embarra cuando llueve y que está todo lleno de baches y los conductores se dejan el bajo del coche cuando pasan», según describen Honrubia y Osa.

Hace años ya advirtieron del problema al Ayuntamiento de Valencia «y pusieron tierra morterenca y piedras, se gastaron 80.000 euros, y está otra vez todo igual, lleno de hoyos», según relatan los residentes.

En marzo desde el Ayuntamiento de Valencia informaron que se estaba haciendo un cambio de planeamiento para delimitar la unidad de ejecución y se anunció que se iban a crear tres edificios con capacidad para 100 viviendas y generar 2.000 metros cuadrados de zonas verdes y espacios libres, pero la realidad es que los residentes temen que sea un anuncio más de los que tardan décadas en llegar.

«En este solar de Hermanos Rivas, desde la asociación hemos pedido que hagan un parking grande, en subterráneo, para poder convertirse en aparcamiento disuasorio para la gente que llega a la ciudad y así que conecten con el metro de avenida del Cid», explican Casilda Osa y Juani Honrubia.

Muy cerca, en la calle Arte Mayor de la Seda, hay un solar vallado «donde antes había unas casitas. La cuestión es que la calle se estrecha en ese punto porque está pendiente ampliar la acera, pero mientras no se construya, pues sigue así», indica Dolores Gutiérrez, vecina de esta calle.

Siguiendo la 'ruta de los solares', en Nou Moles existe otro terreno de gran tamaño en la calle Brasil, a la altura del número 73. «Vivo en el barrio 48 años y esto entonces ya era un solar», comenta Honrubia.

En principio, en este espacio el Ayuntamiento de Valencia «iba a edificar la sede del grupo Gama de la Policía Local (grupo de atención y prevención de la violencia de género, pero como luego se ha previsto hacerlo en otro sitio, lo que pedimos al Consistorio es que reclamen este solar para hacer en un futuro una residencia para personas mayores, ya que en el barrio hay mucha población de avanzada edad», describen Osa y Honrubia.

Muy cerca de esta calle, en la zona que se conoce como el Plan de Actuación Integrada (Pai) de Brasil, hay dos solares pendientes de edificar «y hemos tenido que pedir que nos pongan unos bolardos porque la gente para llegar con el coche y aparcar pasaban junto a un parque infantil, y ya se han puesto para evitar que puedan ocurrir accidentes», indican los residentes.

En la plaza de Roma, situada justo enfrente del polideportivo de Nou Moles y del centro social, el espacio está pendiente de una remodelación. A principios de marzo el Ayuntamiento anunció que se había adjudicado la reforma de la plaza a la empresa Becsa por un importe de 557.823 euros y con un plazo de ejecución de seis meses, pero de momento la obra no ha comenzado.

«En esta plaza ya hicieron una remodelación y pusieron bancos de obra continuos rodeando la zona de árboles y resulta que siempre está manchado por los excrementos de palomas, porque tenemos muchas en la zona y además hay gente que les da de beber y comida, a pesar de que está prohibido», comenta Honrubia.

Desde la asociación, Casilda Osa, añaden: «Nos han enseñado imágenes de cómo quedará el proyecto y el PSPV envió cartas al vecindario para explicar lo que iban a hacer». Reconoce que puestos a hacer inversiones, «es más preciso que empiecen a pedir el uso del suelo de la calle Brasil para poder hacer la residencia de mayores».

En otro parque del barrio, cerca del margen del río, junto a la parroquia de María Medianera, los vecinos lamentan que la zona «se llena de gente de malvivir y los niños no pueden ir a jugar».

Y otro tema pendiente de solucionar es el entorno del barrio de la Aguja, donde se sitúa la alquería de la Ponsa. «La alquería está protegida y lo habían comenzado a arreglar para abrir un restaurante, pero la cosa al final no salió adelante», comentan los residentes.

Justo en la parte exterior, un solar está siempre lleno de coches y sin urbanizar y también hay muy cerca un solar donde antiguamente había una iglesia, pero «ahora los herederos de los terrenos plantearon hacer un parking en altura, pero no sabemos nada más».