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Rosa Rodríguez, sorteando el bordillo que ha puesto el Ayuntamiento en la parte que divide Camí Reial y San Marcelino, para evitar inundaciones. Damián Torres
Planes Urbanísticos Bloqueados (V)

El barrio de Valencia rodeado de solares que se inundan y donde nunca llega la inversión

San Vicente Ferrer-Camí Reial ·

Los vecinos denuncian que ya les han presentado tres proyectos diferentes para crear 500 viviendas, una zona verde y suelo escolar

Lola Soriano

Valencia

Miércoles, 17 de mayo 2023, 00:39

Más allá de la calle San Vicente de Valencia, cuando acaba San Marcelino, y una rotonda permite a los conductores ir hacia la CV-400 o hacia la pedanía de La Torre, se encuentra el Camí Reial, el barrio que es más conocido por ... el instituto de Ciudad del Aprendiz (antes instituto politécnico San Vicente Ferrer).

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A muchos valencianos el sitio no les sonará, pero si se hace referencia al final de San Marcelino que está rodeado de grandes solares que se inundan cada dos por tres y por donde pasa el AVE soterrado, ya es más fácil localizarlo.

La principal queja de los residentes es que este es «el barrio donde nunca llegan las inversiones. Nos han anunciado hasta tres veces un Plan de Actuación Integrada (PAI) en décadas distintas, pero nunca vienen las máquinas», explican Amparo Chisbert y Javier Puchades, integrantes de la asociación de vecinos San Vicente Ferrer-Camí Reial.

Solares junto a la calle José Soto Micó, que siempre están embarrados. Damián Torres

La portavoz vecinal, Rosa Rodríguez, explica que la entrada al barrio «son unos grandes solares que se inundan cada vez que llueve y como hacen una vaguada, todas las calles de la zona se convierten en un río».

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Además, detalla que como en el barrio «no hay ningún servicio, para ir al centro de salud, al centro de mayores o hasta para buscar un banco para sacar dinero, hay que ir a San Marcelino». Y para ello se tienen que armar de paciencia porque «o rodeas los enormes solares, con el tiempo que supone, y la dificultad que representa para las personas mayores, o toca atravesar los solares, y para eso, tienes que asegurarte que no hay charcos, porque muchas veces se queda el agua de lluvia acumulada y esto es un barrizal».

Además, como estos solares próximos a José Soto Micó se utilizan como aparcamiento, «los coches conforme entran y salen, llenan de barro las aceras y está todo impracticable, por no hablar de la suciedad que se genera cuando se levante viento y está todo lleno de polvo».

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Actuación junto a San Marcelino que no se ha hecho en Camí Reial para evacuar el agua. Damián Torres

Otro hecho curioso es que en un solar que limita con San Marcelino, «el Ayuntamiento ha puesto un bordillo alto para evitar que el agua de los solares se desborde hasta esa parte, y los vecinos de Camí Reial, si vamos por esa zona, tenemos que sortearlo, con la dificultad que representa para las personas mayores».

Tanto Rosa Rodríguez como Amparo Chisbert y Javier Puchades no entienden cómo «en el barrio vecino han hecho este bordillo y hasta una alcantarilla grande para que el agua trague cuando llueve, y a nosotros, nos tienen olvidados. Ni construyen lo servicios prometidos, ni nos buscan soluciones para los solares no estén siempre embarrados».

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Recuerdan que el último plan que les presentaron desde el Ayuntamiento, «recogía en un extremo una zona verde, en el medio un suelo escolar, y en la parte próxima al antiguo pozo de Volant, a un paso de las edificaciones que están haciendo de Turianova, un total de 500 viviendas, y todavía estamos esperando que se haga realidad».

En el anuncio municipal se llegó a hablar en marzo de 2022 que se iba a actuar en un espacio de 53.000 metros cuadrados, que de las 500 nuevas viviendas un 25% sería para alquiler asequible, también que se sumarían 11.000 metros cuadrados de zonas verdes y que se lograría una parcela escolar de 5.000 metros cuadrados «pero de momento, es todo papel mojado. Nos tienen olvidados», lamentan los vecinos.

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Alquería del Volante, okupada y rodeada de vertederos. Damián Torres

La imagen actual contrasta con las promesas porque, además de los solares que se inundan, parte de la actuación se tiene que hacer sobre suelo de antigua huerta que ya no se cultiva, salvo un tramo que todavía tiene naranjos. «Y está todo lleno de maleza e incluso hay una alquería, la del Volante, que está casi en ruinas y pendiente de rehabilitar y ha sido okupada y hay cerca de cien personas viviendo por esa zona», explica Javier Puchades, que tiene una casa de huerta de la familia rodeada de estos campos pendientes de urbanizar.

Los residentes describen que trabajan con la chatarra y con lo que encuentran en contenedores «y luego lo que no tiene utilidad lo dejan por el solar y de vez en cuando prenden fuego. Y varias veces han tenido que venir los Bomberos».

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Vías del tren que dividen la zona de San Vicente Ferrer-Camí Reial y Turianova, desde donde caen piedras. Damián Torres

Otro problema añadido es que por el barrio pasan dos vías de tren, «que separa esta zona de las nuevas fincas modernas que están haciendo en Turianova». La cuestión, como denuncian los vecinos, «es que cuando pasas por el túnel de las vías andando o con el coches te juegas el que te caiga una piedra de las vías, porque no se hace un correcto mantenimiento y las piedras se van moviendo y caen a la calzada». Los residentes exigen «que se soterren estas vías porque limitan las posibilidades del barrio».

Además, comentan muy molestos que «mientras que Turianova sí están arreglando las calles, edificando y haciendo parques, como aquí no edifican, no tenemos servicios ni nada, Estamos condenados a esperar a ver cuándo se edifica y se hacen proyectos como carga urbanística».

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Ya en la calle Alqueria de Benimasot, «está pendiente que abran una calle para dar servicio al centro de educación especial Salvador Burgos y en una finca de esta misma calle, relatan que hay »un patio interior donde se podría poner alguna construcción prefabricada para que la asociación de vecinos y la gente mayor tuviera un punto de reunión, porque no tenemos nada«.

Ya en la calle Pintor Rafael Solbes, los vecinos lamentan que en el paseo central, «tenemos unos árboles tan poco frondosos que no hacen sombra y las personas mayores cuando se sientan no soportan el calor». Además, añaden que hacen falta parques infantiles.

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Los residentes afirman que cada vez que se quejan de la falta de proyectos para el barrio, «nos han llegado a decir desde el Ayuntamiento que bueno que el parque de la Rambleta está próximo y cuenta como inversión. Es una tomadura de pelo, porque en el casco urbano, que es donde residimos los vecinos, no nos llega ni un euro y siempre está la promesa del plan urbanístico que no llega».

La conclusión a la que han llegado los residentes de este barrio, que sufre un exceso de ruido por el constante paso de coches y autobuses, es que en el «Ayuntamiento se creen que Valencia acaba en San Marcelino, porque aquí nos tienen olvidados y el único parque que tenemos está al lado de la V-30 y hay mucho ruido».

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