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Mientras avanzan las obras del nuevo Complejo Sanitario 'Campanar Ernest Lluch', los vecinos del distrito de Zaidía de Valencia, en concreto los del barrio ... de Tormos, se muestran en contra de que esta apertura vaya a provocar el cierre del actual centro de salud de Just Ramírez. Critican que van a pasar a tener su espacio médico a dos kilómetros de distancia, lo que supone un problema especialmente para la gente mayor y con dificultad de movimientos. Está previsto que en el último trimestre de este año se proceda al cierre de este centro de salud y el traslado de pacientes y profesionales al nuevo complejo de la antigua Fe. Un cierre que se une al que también van a sufrir en otro barrio como la Fuensanta y que también ha motivado quejas de los ciudadanos.
La Asociación de Vecinos de Zaidía se reunió hace unas semanas con la Gerencia del centro de salud y la dirección de Atención Primaria para conocer qué iba a ocurrir con las actuales dependencias sanitarias del barrio. «Les mostramos nuestro rechazo porque con este cierre van a alejar la Sanidad pública de los ciudadanos. Lo que pedimos es que el centro de salud de Just Ramírez se quede donde está, hasta que el barrio disponga de un nuevo centro de salud digno para pacientes y profesionales», señala Pablo Sánchez, vicepresidente de la asociación en el barrio de Tormos. Desde la administración la respuesta fue que ante las personas con problemas de movilidad, tratarían de aumentar el servicio de atención domiciliaria desde el nuevo Ernest Lluch.
El centro de salud actual se encuentra en un local de planta baja de un edificio residencial de 1979, y ocupa una superficie que podría ser de uso comercial, en la calle de Just Ramírez. «Es pequeño y anticuado, tiene unas condiciones muy malas, pero la solución no es trasladarlo a Campanar, habría que dejar aunque sea un auxiliar aquí», dice Sánchez. Para ello, los vecinos proponen que construyan un centro nuevo en un solar justo al lado del actual, entre las calles doctor Olóriz y Just Ramírez, que podría tener cuatro plantas de alto, como ya planteó el anterior gobierno municipal en la campaña electoral.
Ese solar es de titularidad municipal, mientras que el actual es un bajo comercial sobre el que se paga un alquiler. Aunque por el momento se trata de un proyecto paralizado, a la espera de que el nuevo gobierno evalúe las necesidades sanitarias en cada zona. No obstante, el concejal Carlos Mundina, del PP, se mostró favorable antes de las elecciones a esta posibilidad de hacer un nuevo centro en ese solar y así se lo transmitió a la asociación. «Creemos que ahora, con los dos gobiernos del PP, municipal y autonómico, puede que sea más fácil que se pongan de acuerdo para hacer el centro nuevo en el solar», plantea el vicepresidente de la asociación vecinal y añade que la asociación de Marxalenes proponía también hacer en el mismo edificio un centro de día.
Lola es una vecina jubilada de Tormos y se muestra contraria al cierre. «Nos fastidia, me parece muy mal, yo desde donde vivo en Camino de Moncada tengo dos kilómetros hasta el centro de salud que hagan en la Fe. Para las personas mayores es necesario, y para los niños también, y más teniendo en cuenta que aquí al lado hay dos colegios. Lo deberían conservar, sino este barrio se queda muy desabastecido, tienes que pegarte una caminata o coger el autobús para ir al nuevo», expresa la señora.
El centro de Just Ramírez acoge a vecinos de Tormos y Marxalenes, que con el traslado van a tener que desplazarse hasta el límite con Campanar, ya que el nuevo centro sanitario Ernest Lluch va a ser un macro complejo en el que también irá ubicado el centro de especialidades que ahora está en la calle Aboraya. «Este traslado afectará especialmente a personas mayores, pacientes con dificultades para desplazarse, enfermos crónicos y con necesidad de curas. La percepción que tenemos en el vecindario es de abandono en el barrio de Tormos, como si estuviera olvidado dentro del distrito de Zaidía», lamenta Sánchez.
También los comerciantes de la zona ven un problema el cierre de Just Ramírez. «Hay mucha gente mayor que vive en el barrio y le viene fatal tener que trasladarse hasta allí, y para los comercios va a ser muy negativo, yo voy a tener pérdidas porque mucha gente del centro de salud viene aquí. Es perjudicial para el barrio, me gustaría que mantuvieran este», dice Javier, propietario de un bar junto al centro de salud, donde habitualmente consumen los pacientes y profesionales del centro sanitario.
Una de esas profesionales sanitarias de Just Ramírez es Carmen. «Es verdad que el nuevo centro de salud está lejos, en vez de ponerlo en el centro del distrito estará en el límite con Campanar», señala. «Ahora está este centro de salud y un consultorio que es el de Tendetes, pero se cierran ambos y nos vamos todos al nuevo. Para la gente mayor será complicado e incómodo desplazarse, pero si hacen uno nuevo no tiene sentido mantener este, lo que sí tendría sentido sería que lo hicieran en el centro del distrito», apunta.
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