La 'Araña infernal' y los silbatos protagonizan un disparo de lo más original
Escenario de la verbena en la plaza de San Sebastián. J. L. BORT

Batalla vecinal por una verbena de la plaza de San Sebastián

Los residentes aseguran que la fiesta vulnera su derecho al descanso y plantean presentar una denuncia penal

P. Alcaraz

Valencia

Miércoles, 12 de marzo 2025, 01:14

Las Fallas no suenan a pasodobles y petardos ni tampoco huelen a pólvora en la plaza de San Sebastián. En esta glorieta del barrio del Botánico ... durante las fiestas se escucha techno y se respira un fuerte hedor a orín y excrementos. Cuando llega marzo, los vecinos de la zona dicen vivir inmersos en un ambiente más parecido al de un festival de música electrónica que al de una verbena tradicional del centro de Valencia.

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Los residentes de cuatro de las fincas colindantes a la plaza de San Sebastián denuncian no poder pegar ojo con la llegada de las Fallas, una situación que se sucede desde hace siete años. Sin embargo, el pasado sábado fue la gota que colmó el vaso de su paciencia. Algunos incívicos se colaron en sus portales para hacer sus necesidades fisiológicas mientras otros, en plena borrachera, llamaron a los telefonillos dificultando todavía más conciliar el sueño y despertando a los niños.

«Se les impide el descanso a los vecinos», «es imposible dormir» o «esto es un desastre» son algunas de las frases más repetidas por los residentes. En la madrugada de 'preFallas' tuvieron que sacar a empujones a dos individuos se habían colado en el interior de una finca para miccionar. mientras otros optaron por pasar el fin de semana fuera para afrontar los cuatro días de fiesta seguida que se les avecinan durante la Semana Fallera. «En Cullera montan un evento así durante cuatro días y aquí son cinco», dicen incrédulos mientras instan a que se traslade la ubicación de esta discomóvil al río o la periferia de la ciudad.

LP

Las reivindicaciones y quejas vecinales para que se respete su derecho al descanso se suceden desde 2018, viéndose agravadas con la peatonalización de la plaza tras la pandemia. Desde entonces, al habitual ruido de las verbenas se le suma que los columpios para niños instalados durante la remodelación son retirados por la comisión alegando motivos de seguridad. Ello desata un mayor enfado de los vecinos al no poder llevar a sus hijos a jugar en marzo. Además, también afean que las carpas donde se sitúa la barra invadan la acera dificultando el acceso a sus hogares o que la hilera de baños portátiles daña la estética de la glorieta.

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De hecho, la última de las instancias remitida al Consistorio está fechada en el pasado 7 de marzo en la que esgrimía que la comisión organizadora de la verbena no habría respetado el bando en 2024 en materia de suciedad, control de sonido o protección patrimonial pidiendo que se le impidiera realizar discomóviles en la plaza de San Sebastián este año. La crispación vecinal ha alcanzado que, unido al hartazgo de ver cómo las reclamaciones presentadas al Ayuntamiento «caen en saco roto», estudian presentar una denuncia penal por un delito de daños con el visto bueno de la administración de las fincas.

El evento corre a cargo de la comisión Borrull-Socors, que delega la organización del evento en la empresa theBasement. Desde la falla explican que el sábado pasado la Policía Local se personó en el lugar tras un aviso de los vecinos y les indicó que el medidor acústico se encontraba en una posición inadecuada al estar más alejada de lo debido de los altavoces. Las mismas fuentes dicen que ya se trabaja en solucionar el asunto y aseguran no querer generar molestias a un vecindario por el que sienten «respeto». Es más, reconocen haber sido multados en anteriores ocasiones tras las quejas residenciales.

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Sobre los actos incívicos de algunos de los asistentes, desde la falla señalan que hay un recordatorio en las vallas que dan acceso al recinto en el que se insta a respetar a los vecinos teniendo en cuenta las horas de silencio o el uso de los baños instalados. Asimismo, ponen en valor que se han incrementado las medidas del año pasado en materia de seguridad, una zona VIP para falleros y gente del staff o el desplazamiento de los food-trucks fuera de la plaza para una mejor distribución del aforo.

Desde el Círculo por la Defensa y Difusión del Patrimonio Cultural recuerdan que la iglesia de San Miguel y San Sebastián es Bien de Interés Cultural (BIC) y, por ende, cuenta con un grado de protección especial pese a no estar vallado para prevenir incidentes. «No es un entorno adecuado para hacer ese tipo de celebraciones», aseguran desde la entidad patrimonial dado que en los aledaños de monumentos y edificios protegidos «ni se respetan las distancias y evidentemente equipos de sonido, baños, químicos y todo, terminan pegadas a las fachadas de estos bienes».

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