El vandalismo se ceba con Honduras

El último ejemplo se ha producido en la madrugada del viernes al sábado en la plaza de Honduras, donde el portal de una finca amaneció con una gran pintada. El grafiti ha ensuciado tanto la parte metálica, como los cristales y los residentes ya están hartos de tener que aguantar actitudes incívicas.

«Los vecinos se han quedado sorprendidos al ver en qué estado han dejado la puerta. Es una gamberrada más», comenta Javier Soler, portavoz de la asociación de vecinos de la plaza de Honduras de Valencia.

Soler añade que «desgraciadamente son muchos los fines de semana que nos levantamos y nos encontramos situaciones como esta. Suelen hacerlo cuando ya no hay vigilancia policial».

También describe que son varias las ocasiones en las que se han encontrado los cristales rotos de portales o con la espuma de los extintores esparcida por los zaguanes de las fincas.

Precisamente este último caso lo sufrió la comunidad de vecinos de Soler «porque vaciaron el extintor en el patio y tuvimos que llamar a una empresa para que lo limpiara». Añade que «aunque estos actos vandálicos los cubren los seguros de las fincas, si esto se repite en distintas comunidades, nos arriesgamos a que nos suban las primas de los seguros».

Además de las fincas, los vehículos de los residentes también sufren actos vandálicos. «Rompen los retrovisores día sí y día también. De hecho, hay vecinos que ya se van a aparcar fuera del barrio, más allá del cementerio del Cabanyal para evitarlo».

Entre los afectados se encuentra un vecino de la avenida de Blasco Ibáñez, J. C., que detalló que le han roto el espejo retrovisor en cuatro ocasiones. «Ahora les ha dado por subirse a los coches y me abollaron el techo y un vecino me ayudó a arreglarlo».

Precisamente para demostrar el hartazgo de los residentes, las asociaciones de vecinos de Plaza de Honduras y adyacentes y la de Ciudad Jardín han convocado para el próximo día 11 una manifestación a las 19 horas que partirá de la avenida de Blasco Ibáñez, a la altura de la plaza de Honduras. Entre los lemas figura la idea de «por el derecho al descanso y la salud» y denuncian los ruidos, la masificación de los locales de ocio, los botellones, la suciedad y el incivismo.