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El nuevo precio del aceite de oliva virgen extra en los supermercados desde este lunes 10 de marzo
Aspecto del parque en el jardín central de la gran vía Ramón y Cajal ayer por la mañana. lp
El botellón vuelve a tomar el centro

El botellón vuelve a tomar el centro

La plaza de la Virgen y la gran vía Ramón y Cajal aparecen repletas de restos de botellas y vasos

ÁLEX SERRANO

VALENCIA.

Sábado, 22 de septiembre 2018, 00:25

Como una plaga de difícil contención, el botellón se enseñoreó el jueves por la noche de zonas que hasta el momento permanecían ajenas al fenómeno. Tanto la plaza de la Virgen como el tramo de Ramón y Cajal entre Jesús e Historiador Diago amanecieron ayer repletas de restos de la fiesta celebrada durante la madrugada del viernes, tal como denunciaron el grupo municipal popular y el de Ciudadanos respectivamente.

La plaza por su simbolismo y el tramo de Ramón y Cajal porque el botellón se concentraba junto a la estación de metro de Plaza de España se habían librado por el momento de la mancha de este fenómeno, al menos de manera tan masiva como en la madrugada del jueves. El portavoz del grupo municipal popular, Eusebio Monzó, criticó «la pasividad y permisividad» del tripartito del alcalde Joan Ribó ante «el descontrol y la extensión» del botellón por más de 50 lugares de Valencia. «Es muy preocupante lo que está pasando, la situación se le ha escapado de las manos al gobierno municipal, con cada vez más vecinos sufriendo en las puertas de sus casas los malos olores, la suciedad y el ruido que provocan el botellón», denunció.

El portavoz popular atribuyó la extensión del botellón no sólo a la falta de recursos de Policía Local, sino también a la tolerancia del tripartito, que ha reducido más de un tercio las denuncias, y a la falta de campañas de concienciación para que los jóvenes conozcan los efectos del consumo del alcohol. Y es que el botellón se dejó notar en otras zonas de la ciudad, como Eduardo Boscà o el entorno de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, tal como pudo comprobar este diario. Con la llegada del otoño, el foco del ocio nocturno vuelve a trasladarse a las discotecas urbanas y se aleja de la playa, lo que aumenta las molestias en barrios que durante verano se toman un respiro y consiguen conciliar el sueño.

La oposición afea al tripartito municipal la inacción en la lucha contra el fenómeno El Consistorio ultima una ordenanza de convivencia que presentó en rueda de prensa hace tres meses

La concejala de Ciudadanos María Dolores Jiménez denunció el estado de la gran vía Ramón y Cajal y afeó a la concejalía de Protección Ciudadana, que ayer descartó que la noche hubiera sido «más complicada de lo normal», su falta de actuaciones para atajar el problema: «Dejan que los incívicos campen a sus anchas y abandonan a los vecinos que tienen que aguantar con resignación esta situación». «Nosotros creemos que es un problema multidisciplinar, pero lo que debe imperar es el cumplimiento de la norma antes que la anarquía generalizada en la calle», lamentó Jiménez, que insistió en pedir al Consistorio que afronte la cuestión «con responsabilidad y rigor».

«Que tengamos que levantarnos por la mañana y observar este panorama en un jardín céntrico de Valencia debería sonrojar a más de uno pero por lo que viene ocurriendo continuamente, parece que a los responsables políticos de esta ciudad les da igual», lamentó Jiménez, que recordó que su partido ha propuesto en varias ocasiones que se hagan campañas concretas en sitios concretos de la ciudad donde este tipo de situaciones se dan, «pero la arrogancia del tripartito impide aprobar propuestas de Ciudadanos», dijo la concejala.

El Consistorio ultima en estas fechas los últimos detalles de una ordenanza de convivencia que plantea, entre otras cuestiones, multas para los padres si los jóvenes son menores y hacen botellón. Además, desde la concejalía que dirige Anaïs Menguzzato se han colocado dispositivos «permanentes» en varios enclaves de la ciudad como la Creu Coberta, el Cabanyal, la plaza de España o la plaza de Benimaclet para evitar el botellón en zonas donde las quejas vecinales y los problemas derivados de esta práctica ilegal de beber en la calle dan especiales quebraderos de cabeza a los vecinos. Sin embargo, la policía siempre dice que luchar contra el botellón es complicado porque si se dispersan las concentraciones, buscan otros lugares donde seguir bebiendo.

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