Nueva rotonda y carriles de tráfico, por delante de la estación de Renfe del Cabanyal, junto a la avenida de Blasco Ibáñez. Damián Torres

El Cabanyal se transforma en su unión con Blasco Ibáñez

El Ayuntamiento de Valencia ultima la remodelación del tráfico en Serrería, suma zona verde y carril bici y sigue con el problema heredado de Ribó con dos casas en medio de un parque

Lola Soriano Pons

Valencia

Lunes, 15 de julio 2024, 01:36

Los afortunados que ya disfrutan de las vacaciones se encontrarán en su vuelta a casa en Valencia con una remodelada avenida de Serrería, en el tramo que une el Cabanyal con Blasco Ibáñez.

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Las obras fueron adjudicadas en mayo de 2023, con el anterior gobierno ... municipal. Los trabajos arrancaron en julio de 2023 y este mismo mes, en cuestión de días, el Cabanyal tendrá una nueva entrada al barrio.

Después de meses de desvíos de tráfico y de paso de peatones, polvo y ruido ahora ya se trabaja en los últimos detalles, en la plantación de arbustos y plantas aromáticas y en la colocación de maceteros y bancos.

Este mismo mes se abrirá toda la remodelación, incluido el nuevo carril bici que unirá la avenida de Los Naranjos con la avenida del Puerto e Ibiza.

El principal cambio es que se ha trasladado el tráfico que circulaba por Serrería (junto a la calle Juan Mercader) por la parte frontal de la estación de Renfe del Cabanyal y se ha creado una nueva rotonda en el tramo final de Blasco Ibáñez, donde estaba la parada de la línea 81 de la EMT.

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Con la redistribución del tráfico, se ha sumado una plaza de entrada al barrio donde unas baldosas, zonas ajardinadas y bancos sustituyen al asfalto.

Plantación de árboles y colocación de maceteros y asientos, junto a la estación del Cabanyal. Damián Torres

En la parte frontal de la estación ya se ha renovado el pavimento que ha afectado a 15.000 metros cuadrados de suelo y se han precisado 3.085 toneladas de aglomerado. Junto al centro de salud de Serrería y también a la altura de Juan Mercader, prolifera la vegetación, un bosque urbano que los vecinos consideran un símbolo que pone fin a la ya desterrada prolongación de Blasco Ibáñez hasta el mar. Aunque el actual gobierno quería ver si le daba una 'pensaeta' al diseño de zona verde, al final se ha dejado tal cual se proyectó. Además, los concejales de Movilidad y Urbanismo, Jesús Carbonell y Juan Giner, han accedido a la petición de los vecinos y se ha abierto un acceso desde Blasco Ibáñez por Pedro de Valencia para cruzar Serrería y llegar al mercado del Cabanyal por Martí Grajales.

Espacio dedicado a plantas aromáticas. Damián Torres

En cinco nuevos puntos ajardinados se incluyen zonas rehundidas de infiltración para recoger aguas y actuarán como filtro verde para el tratamiento de las primeras aguas de escorrentía.

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Hay 297 árboles y 8.358 unidades arbustivas que han servido para dar una imagen más preparada para el cambio climático en la zona cero del barrio.

Entre el mobiliario urbano destacan 117 farolas; 157 bancos y sillas, 67 papeleras y 68 aparcabicis. Se han puesto 74 señales y 95 semáforos.

Casas en medio del jardín

Casas fuera de ordenación donde van juegos infantiles en la calle Juan Mercader. Damián Torres

Eso sí, el gobierno de Catalá ha heredado del gobierno de Ribó un asunto pendiente envenenado y es que, iniciaron las obras del bosque urbano, pero no compraron o expropiaron antes dos casas que han quedado en medio de la zona ajardinada, que es donde van juegos infantiles.

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Las dos casas están en la calle Juan Mercader 23 y 25. Son de estilo popular, pero no tienen protección patrimonial y están fuera de ordenación. En el anterior plan de reforma (Pepri) de la prolongación de Blasco Ibáñez ya estaban fuera de ordenación y con el Plan Especial del Cabanyal (PEC) también, aunque se contempla la opción de salvarlas con la declaración de compatibilidad urbanística con la zona verde.

Se han lanzado ofertas para adquirirlas, haciendo una permuta por otra, pero los dueños prefieren mantenerlas. Faltará ver si el Consistorio da por imposible el problema heredado, si llega a acuerdos o si las expropia.

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Tampoco hay que olvidar que las obras, durante el anterior gobierno local, fueron a paso lento, al igual que otras que contaban con ayudas Edusi, y sólo se pudo certificar 1.180.000 euros de ayudas europeas, el resto hasta los 5,3 millones (4,1) ha tenido que asumirlo el Ayuntamiento de Valencia.

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