Guillem de Castro tendrá sólo un carril para ganar aceras y jardines

La concejalía de Desarrollo Urbano es la encargada de desarrollar la idea, cuyo proyecto saldrá a concurso con un coste aproximado de 950.000 euros. El coordinador del área, Carlos Fernández, desgranó la iniciativa ante la baja maternal de la vicealcaldesa Sandra Gómez.

La obra carece de plazos, aunque el proyecto se quiere tener listo en 2022. Por su complejidad y ambición se da por descontado que se hará por fases. En lo que respecta al tráfico, desde la plaza de Toros hasta el cruce con la calle Jesús se quedará un carril para el tráfico y dos para EMT y taxi, igual que en Colón, mientras que desde esta zona hasta el viejo cauce será uno y uno para cada modo de transporte.

Una parte de la idea nace de los presupuestos participativos de este año, aunque la concejalía de Desarrollo Urbano ha decidido ampliar el ámbito hasta el cruce con la calle Ruzafa. En total se remodelarán 1.965 metros lineales con una superficie de 55.500 metros cuadrados.

En la actualidad, el 72% de este espacio se destina al tráfico y el 28% a viandantes. En caso de que finalmente la obra se haga como se presentó ayer (está sujeto a modificaciones), quedará con un 39% para la circulación y un 61% para los peatones.

«Recuperaremos 18.000 metros cuadrados para viandantes», defendió, para señalar que el proyecto desarrolla el Plan de Movilidad de Valencia aprobado en 2013. Eso sí, falta todavía el visto bueno de la concejalía de Movilidad a la planta viaria. Acerca de esto, Fernández consideró que no debe haber ninguna discrepancia debido a que se trata de un proyecto emanado de dicho documento, una de las hojas de ruta para la descarbonización.

El carril ciclista quedará igual, seguramente más ancho al pasar de 2,50 a 3 metros. La reforma afectará también al túnel de Ángel Guimerá, donde sencillamente se propone su eliminación para ganar espacio en la parte de la calle Quevedo para las aceras.

«Sirve sólo evitar un semáforo», han defendido sobre esto, para señalar que las restricciones de entrada en Colón y la calle Ruzafa, así como la ampliación de aceras en las transversales del Ensanche han quitado intensidad de tráfico a la zona.

El túnel se construyó con motivo de la línea 5 de Metrovalencia y costó bastante encajarlo entre un colector y el propio suburbano. De ahí que el gálibo esté tan limitado en el acceso.

El Ayuntamiento quiere plantear también la peatonalización de la calle Alicante, que estará un año cortada por obras de la línea 10 de Metrovalencia. «Es una oportunidad para plantearlo», dicen. Además, también está pendiente si la reforma de la plaza del Ayuntamiento la dejará completamente peatonal, lo que puede afectar a la conexión con Marqués de Sotelo.

Esta zona es la que queda más abierta, a la espera de un acuerdo para el concurso de ideas de la plaza del Ayuntamiento, donde el PSPV plantea dejar libertad para la eliminación del carril bus (el que ahora discurre entre maceteros) y la concejalía de Movilidad descarta de plano debido a que supondría alterar numerosas líneas del entorno, como señaló hace poco la delegación.