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Dos horas de recorrido, calor, más público de lo esperado teniendo en cuenta el puente festivo, y mucha convivencia salvo algunos pitos y gritos aislados, lejos de otra época donde llovían las pesetas sobre los políticos. La procesión cívicadel 9 d'Octubre ha discurrido este lunes por las calles de Valencia con ese ambiente, donde ha estrenado itinerario por unas obras en la calle San Vicente, pisado por primera vez la remodelada plaza de la Reina y vuelto a la catedral después de ocho años de veto al Te Deum por parte de los gobiernos de Compromís y PSPV.
La abanderada ha sido la alcaldesa del PP María José Catalá, primera vez desde que ostenta este cargo y segunda desde que llegó al ayuntamiento en 2019. «Es un orgullo para cualquier valenciano, un privilegio y me siento muy honrada», dijo antes de iniciar la marcha justo debajo del balcón del ayuntamiento.
Las primeras palabras que tuvo fue para las guerras que asolan el mundo estos días, sin nombrar a la de Ucrania y a la reciente en Israel. «Hay que hacer caso a nuestro himno, que reine la paz, es lo que hay que enseñar a todos», destacó la primera edil.
Acerca del reto que supone llevar la Senyera en un recorrido tan largo, comentó que la «calle me lleva y casi no la notas, así sucedió en 2019 y volverá a pasar hoy. La alegría de llevarla es lo que importa, aunque es cierto que el servicio de Protocolo ayuda mucho dando consejos, como hacer algo de fisioterapia unos días antes para evitar contracturas y calzar unos zapatos cómodos».
Insistió en la necesidad de lanzar un mensaje de paz y convivencia. «Hoy es un día donde en la calle hay muchos niños, que vean que todos somos gente respetuosa, cada uno con sus ideas, pero capaces de salir a la calle con alegría».
También tuvo un momento para las reivindicaciones. «Todos llevamos la Senyera, podemos reivindicar nuestra tierra todos a una. Reivindico Valencia como una ciudad líder en el Mediterráneo, algo que debemos recuperar».
La marcha comenzó pasados quince minutos del mediodía, una vez terminada la atención a los medios. El presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, para quien es también la primera festividad en el cargo, estaba en el grupo, lo mismo que el presidente del Senado, Pedro Rollán, o la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé. También se pudo ver a la presidenta de Les Corts, Llanos Massó.
La comitiva enfiló hacia la calle Barcas debido a las obras en San Vicente. El recorrido alcanzó los 2.300 metros, unos 700 más que el pasado año. Eso hizo que el público pudiera repartirse mejor en las calle, siempre aplaudiendo a la Reial Senyera. Era extraño el tramo donde no se escuchaban las palmas, así como otras dirigidas a la Policía Nacional, encargada de formar cordones de protección a ambos lados del estandarte.
Esa fue la constante durante todo el recorrido, para un grupo que enseguida alcanzó la calle de la Paz y la plaza de la Reina. La nueva plaza, mejor dicho, por donde la procesión cívica pasó por primera vez tras las obras de reurbanización. Público a ambos lados de las vallas aunque más en el lado de las sombras, dado el otoño tan loco que estamos viviendo con temperaturas casi veraniegas.
El diseño del arquitecto José María Tomás funcionó a la perfección y se llegó a la Puerta de los Hierros, donde la última vez con el estandarte municipal fue en 2014.
En ese punto se escucharon unos de los pocos pitos y recriminaciones de la jornada, cuando los ediles de Compromís y PSPV, encabezados por Joan Ribó y Sandra Gómez respectivamente, se salieron para dirigirse hacia la calle Barchilla. Ambas formaciones no están de acuerdo con incluir el Te Deum en el programa oficial, como volvieron a dejar de manifiesto.
@lasprovincias.lp Tensión en la procesión del 9 d’Octubre en Valencia. Increpan a Joan Ribó con gritos de “vete a la mezquita” o “provocador” #valencia #9octubre #ribo #comunitatvalenciana ♬ sonido original - LasProvincias
Para el exalcalde el 9 d'Octubre es un «día para todos los valencianos», para señalar que el «40% de los vecinos de Valencia no son creyentes, por lo que no se sienten representados dentro de una iglesia». La respuesta del público la tuvo poco después, con algún insulto incluso y el deseo de que realice un viaje: «¡Vete a Barcelona!», le espetó uno.
«La Senyera es de todos y todas. Nosotros hemos trabajado los últimos ochos años en esta dirección, primero aproximando la procesión cívica a otras religiones». La propuesta de Compromís es que el Te Deum, la acción de gracias en la catedral, se haga después de la procesión cívica.
En la misma línea, la portavoz del PSPV en el consistorio, Sandra Gómez, para quien la Senyera «representa a todos, por eso quiero decir apenada que este año la procesión estará muy marcada porque la alcaldesa se la llevará a un sitio cerrado donde todos los valencianos no podemos acceder. Hoy es la procesión cívica, pero en un trozo estarán representados sólo unos pocos. El futuro volverá a imponerse sin que nadie se la lleve a un sitio cerrado», insistió.
Gómez también se llevó una ración de pitos en la Puerta de los Hierros, donde dentro se realizó un acto sencillo, con el himno del Te Deum y una alocución del arzobispo Enrique Benavent en valenciano, donde destacó la impotancia de la fe cristiana en la conmemoración de la Conquista de Valencia por parte de Jaume I en 1238, nacimiento del pueblo valenciano.
La Reial Senyera salió por la Puerta de la Almoina para dirigirse llevada por Catalá hacia las calles Avellanas, Mar y Comedias, para salir por Paz y embocar hacia el jardín del Parterre. El mismo espíritu festivo que en el resto de la jornada, con especial énfasis en los aplausos a la Policía y a las filas de mandos policiales y militares que iban por delante de los timbaleros.
En el Parterre, el segundo descanso sirvió para reponer fuerzas. Algo de azúcar en forma de caramelos, botellines de agua y las ofrendas en la estatua ecuestre de Jaume I. Detrás, concentraciones de simpatizantes de grupos políticos y algunas asociaciones para dar color al día. Por ejemplo, la salida del jardín fue despedida con gritos de «¡alcaldesa, alcaldesa!» hacia María José Catalá desde un animado grupo del PP.
A diferencia de otros años, en la calle Barcas vino bien la presencia de vallas dadas las aglomeraciones de público. A las 14.15 horas entró la procesión cívica en la plaza del Ayuntamiento, tras lo que se produjo el izado de la Senyera, que este año será guardada en el hemiciclo debido a la remodelación del Museo Histórico Municipal. Himnos y salvas de pólvora para despedir al estandarte hasta el próximo año.
Entonces se produjo una circunstancia criticada tanto por Compromís como por el PSPV, como fue que la abanderada, es decir, la alcaldesa María José Catalá, salió al balcón para recoger la Senyera mientras el resto de la Corporación esperaba abajo. La oposición tildó el gesto de «sobreactuación».
Tras dejarla en manos de los técnicos del Museo Histórico Municipal, Catalá y Laura Mengó, fallera mayor de Valencia que vive su último día en el cargo (mañana es la llamada a la representante de 2024), se dirigieron al balcón para disfrutar del espectáculo de Pirotecnia Martí, que como no podía ser de otra manera incluyó en la mascletà una gigantesca senyera con humo de pólvora que salió perfecta.
El portavoz de Vox en el Ayuntamiento, Juanma Badenas, animó a participar en los actos, quien aprovechó para comentar el tema latente sobre su entrada en el gobierno municipal. Los cuatro ediles de esta formación son necesarios para que el PP logre las mayorías en asuntos como el Presupuesto municipal de 2024.
«No tenemos prisa por negociar, la gobernanza del ayuntamiento es una cuestión muy importante. Lo que queremos es que sea eficaz y sólido, que defienda los intereses de los valencianos, pero quienes necesitan que eso se produzca son los concejales y la alcaldesa del Partido Popular, que deben aprobar las medidas para que eso sea así», dijo el edil.
Medidas como los presupuestos, las ordenanzas, todo lo que tiene que ver con el urbanismo y el nombramiento de cargos en organismo y empresas públicas, enumeró. «Todo lo que tiene que ver con el funcionamiento del ayuntamiento. Estamos dispuestos pero no tenemos prisa, no tenemos la vanidad de formar parte de ningún gobierno, sólo queremos que sea estable. Si ellos (el PP) lo pudieran hacer solos sería estupendo, pero no tienen la mayoría necesaria. Vox tiene el 25% de los votos que necesitan para aprobar todo».
Sobre la ausencia ayer en la exposición de la Senyera en el Ayuntamiento, contestó que por la tarde «estuvimos como unos ciudadanos más haciendo una cola de 45 minutos, pero no podemos estar en dos sitios a la vez y ayer había otra asunto importante», en referencia a la protesta contra la amnistía a los independentistas catalanes.
De la negociación para las ordenanzas fiscales también habló: «No se están cumpliendo los plazos pero no es imputable a Vox. No somos los encargados de redactar esos documentos, espero que pronto podamos tener esa documentación. Mañana posiblemente podamos recogerla, pero no tenemos ninguna reunión».
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