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Hay veces que caminar por Valencia resulta una auténtica carrera de obstáculos. Las aceras, que deberían ser el lugar donde el peatón se sienta seguro, se convierten en una jungla donde conviven las abarrotadas terrazas de los bares, patinetes y bicicletas que invaden zonas por las que no pueden circular, vehículos mal aparcados y personas caminando sin apenas espacio. En barrios como El Carmen y Ruzafa esta situación es habitual casi a diario, en especial los fines de semana, aunque también ocurre en otras zonas de la ciudad en lugares puntuales.
Las personas que van caminando sufren estos problemas de pérdida de seguridad en las aceras y los vecinos están hartos. El presidente de la asociación vecinal de Ciutat Vella, Rafael Mampel constata la situación. «Hay mucha gente mayor que va con miedo por las calles, porque por cualquier callejón te puede salir un patinete o una bicicleta, está siendo un problema», explica. En el caso de este distrito histórico es más acusado este problema porque las calles son estrechas y hay menos espacio que en barrios más nuevos, y además, la constante presencia de turistas complica más la situación. «Hay mucho turismo, gente en bicicletas, patines, y hay veces que se monta mucho jaleo, porque pueden pasar 25 turistas a la vez con bicicletas en contra dirección por cualquier sitio, y esto se debería controlar más, porque cuando se junta con una terraza no queda espacio para que pasen los peatones», comenta.
Y a todo esto se le suman las motos aparcadas en sitios indebidos, como encima de la acera. Muchas de ellas eléctricas de alquiler. «Las dejan en cualquier parte, les da igual que no podamos pasar, yo hay sitios que casi no tengo espacio», dice Carmen, una señora que vive en el barrio de El Carmen. Mampel ve «lógico» que los bares usen sus terrazas «siempre que estén entro de los límites normativos y no se excedan en la cantidad de mesas y sillas», pero esto se convierte en un problema para los vecinos «cuando se juntan con bicis, patinetes y mucha gente caminando, sobre todo los fines de semana», comenta el líder vecinal. También, por supuesto, hay coches y furgonetas aparcadas encima de la acera, ya sea para descargar mercancía, en unos barrios donde el Ayuntamiento ha limitado al máximo las zonas de aparcamiento, o por cualquier motivo. «Entiendo que, si no pueden aparcar, paren un momento, pero es que tienes que ir sorteando cosas sin parar, motos, coches, de todo, cuando se debería ir más tranquilo por la acera», expresa Manuel, vecino de Ruzafa.
Los vecinos de las zonas más afectadas creen que esta situación difícilmente se va solucionar a corto plazo y que incluso de cara al verano aumentará debido al incremento del turismo. El presidente de la Asociación de Vecinos de Ruzafa, Giovanni Donini, también ve este asunto con preocupación. «Hay muy poco espacio, casi nada en algunos sitios. En el cruce de Sueca con Puerto Rico hay bares en los cuatro chaflanes, y las terrazas ocupan más espacio del que deberían según la normativa. A determinada hora sin control policial ponen más mesas y sillas y encima algunos patinetes pasan por las aceras, incluso en el carril bici también van a velocidades excesivas a veces, considero que deberían poner límites», comenta.
Para Mampel «sería una buena idea hacer como en Roma, que obligan a bajar de las bicicletas en algunas plazas para que vayan andando», opina. «Esto se está convirtiendo en algo preocupante, hay muchos accidentes con bicicletas y patines, es un problema bastante gordo en la ciudad. Van por todos los sitios sin control, y el Ayuntamiento debería ponerse más serio, especialmente en las zonas turísticas», expresa el presidente de la asociación. Una idea en la que también incide el líder vecinal de Ruzafa. «Los accidentes han aumentado mucho y al final el peatón se siente intimidado en la acera, la gente mayor tiene problemas para pasar. En el Ayuntamiento se han preocupado mucho por los carriles bici y poco por los peatones, no se han preocupado nada por ellos», lamenta Donini. De hecho, en 2022 en Valencia el Ayuntamiento registró 816 accidentes donde estaban involucrados patinetes.
Pedro vive hace más de 20 años en Ruzafa y también señala este problema, pero además pone el foco en la actitud de muchos jóvenes. «Es que a veces sales del patio y nada más poner un pie en la acera pasa un patinete rozando, si no tienes cuidado te golpea, y si les dices algo encima te gritan o te insultan, lo deberían perseguir más porque ya tienen los carriles bici y que circulen por las aceras es un peligro«, expresa el vecino.
Los patinetes y las bicicletas tienen prohibido circular por las aceras, únicamente pueden hacerlo por los carriles bici o, si no lo hay, por la calzada como el resto de vehículos. Las multas que pone la Policía Local por circular por la acera en Valencia son de 200 euros. En el año 2021 se pusieron 2.389 multas a los usuarios de patinetes en la ciudad. Pero muchos se saltan esta prohibición, como constatan los vecinos. Por su parte, el Ayuntamiento permite aparcar a las motos en las aceras si éstas miden más de tres metros de ancho, aunque en el caso de los coches está prohibido.
No obstante, en las principales zonas turísticas como la plaza de la Reina o la plaza del Mercado «los límites de las terrazas están bastante controlados por la policía», puntualiza Mampel «pero en otras calles muchos hacen picaresca y en vez de poner seis mesas ponen ocho o nueve, y claro, dejan poco espacio a los peatones, que a veces casi no pueden pasar porque acercan más de lo permitido las mesas a la puerta del restaurante y no queda sitio en la acera», destaca.
Según la Ordenanza Reguladora de la ocupación del dominio público municipal de Valencia, el artículo 58 establece cuáles son los límites máximos de las terrazas de los bares, heladerías y demás establecimientos. En concreto deben dejar una línea de paso libre de 1,70 metros como mínimo desde la fachada hasta las mesas por accesibilidad obligatoria para los peatones. La ordenanza no establece un número de mesas, sino que habla siempre de metros cuadrados. La norma dice que el aforo interior del local hay que multiplicarlo por 1,75. Es decir, si el aforo interior es de 40 metros cuadrados, en la calle pueden tener un máximo de 70 metros cuadrados de terraza, siempre frente a la fachada del local y en los colindantes si lo permiten.
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