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Vecinos de la Alameda se han levantado en pie de guerra contra la construcción de un carril ciclista en la vía de servicio en obras ... desde hace unos días. Los residentes consideran que la eliminación de un carril para el tráfico privado perjudicará la circulación, la carga y descarga de los proveedores de la docena de restaurantes y bares que dan al mismo paseo, así como el acceso de vehículos de emergencias, léase ambulancias.
Por este motivo, han iniciado una recogida de firmas en todas las comunidades de propietarios que quieren entregar al alcalde Joan Ribó. El abogado Arturo Terol lidera una propuesta que se prevé concluir esta misma semana tras enviar un primer escrito al Ayuntamiento y no recibir respuesta. Silencio total.
Las alegaciones están estructuradas en varios apartados. El primero pasa por la falta de publicidad de la construcción del carril ciclista, que tendrá un kilómetro de longitud desde la avenida Aragón hasta la calle General Elio. «La primera noticia ha sido cuando se han licitado, sin que se haya llevado por el Ayuntamiento ninguna campaña de publicidad en el barrio, ni convocado un concurso de ideas que permita su implantación de una forma no molesta», cita.
El inicio de las obras ha provocado un vivo debate en esta parte de Pla del Real. «Podían haberlo hecho por el centro, aunque lo considero innecesario», aseguraba ayer un hostelero, para señalar que en el viejo cauce hay carriles ciclistas y también en Micer Mascó. «Si me apuras, lo podrían haber hecho desde la avenida Aragón hasta el cruce con el puente de la Peineta, para seguir después por detrás de las fincas de la Alameda», propuso.
El temor es que la nueva planta viaria sea un calco fiel del modelo impuesto en la avenida Reino de Valencia. «Es un carril para todos, el tráfico, el transporte público, las emergencias, etc. Eso no puede ser», consideraron.
Ese diseño, se indica en las alegaciones, no «es beneficioso para el barrio, puede ser altamente perjudicial y, sin embargo, no se ha tenido en cuenta la opinión de los residentes», dijeron. El proyecto parte de los presupuestos participativos, los Decidim VLC de la temporada 2018/2019, aunque hay que matizar mucho.
Lo que votaron entonces los que dieron su apoyo a la inversión fue la «reforma del paseo de la Alameda entre el puente de Aragón y el puente del Real», para explicarse después en la propuesta la necesidad de «una reforma integral de la Alameda, que pacifique el tráfico, elimine los aparcamientos en la parte central, construya un carril bici que fomente la movilidad sostenible, incremente las zonas verdes y la zona peatonal y que, en definitiva, recupere este tramo para el disfrute de la ciudadanía». De todo esto, el gobierno municipal ha elegido sólo el carril ciclista y por la vía de servicio.
«No acertamos a entender cuál ha sido el criterio técnico de la concejalía encargada, pero parece que pretenda empeorar las condiciones de vida de los residentes, cuando hay múltiples soluciones que no han sido contempladas», aseguran.
En las alegaciones se indica que no se ha llevado a cabo un estudio sobre la circulación, ni qué pasará con los vehículos de reparto a vecinos y locales del paseo, que hasta ahora aparcaban unos minutos en doble fila. Esa posibilidad pasará a la historia,
Otro perjuicio que apuntan en las alegaciones es sobre lo que pasará en las jornadas cuando se corta la calzada central. «Todos los autobuses de la EMT pasan entonces por la vía de servicio. Con un carril para todo será mucho más complicado», por lo que reiteraron la necesidad de «suspender las obras y replantearse el proyecto adjudicado».
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