Carril bici con baldosas pintadas en Valencia. UPV

Carril bici de alto riesgo en Valencia

Un estudio de la Universitat Politècnica alerta de que los adoquines y las baldosas lisas pintadas aumentan la probabilidad de siniestros | El número de accidentes en la ciudad con patinetes involucrados ha pasado de 199 en 2018 a 2.541 en 2021

AT

Martes, 28 de febrero 2023, 12:30

Moverse en patinete o bicicleta en Valencia se está convirtiendo en una actividad de alto riesgo. En 2018, el número de accidentes en zona urbana con vehículos de movilidad personal involucrados no llegó a 200 (199), mientras que en 2021 ascendió a 2.541. En el caso de las bicicletas, el número de siniestros fue relativamente estable en ese periodo de tiempo y pasó de 5.384 a 5.712. En 2021, último año del que se disponen datos oficiales, el 27% de estos accidentes se produjo durante la circulación de un patinete eléctrico o una bicicleta sin interacción con otros usuarios.

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Investigadores de la Universitat Politècnica de València (UPV) han analizado la resistencia al deslizamiento de diferentes pavimentos utilizados en carriles bici de Valencia con el fin de mejorar su seguridad.

Estos datos se desvelan en el estudio, que forma parte del Proyecto 'esMicromobility-Evaluación de la Seguridad Vial de la Micromovilidad' y ha sido realizado recientemente por el Grupo de Investigación en Ingeniería de Carreteras (GIIC) de la UPV. La investigación ha sido publicada en la revista Sustainability.

En este trabajo se ha analizado la resistencia al deslizamiento de cinco tipos de pavimentos -bituminoso, hormigón, baldosas lisas y rugosas pintadas y adoquín- en diecisiete puntos de la capital valenciana.

Las conclusiones del estudio indican que se constata «el riesgo de los pavimentos de adoquines pintados y baldosas lisas pintadas» y señalan que «no deben utilizarse debido a su baja y variable resistencia al deslizamiento, así como a las elevadas vibraciones que originan en los usuarios».

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Los responsables del estudio explican que la nueva movilidad ha generado «un aumento de los accidentes en los que se ven involucrados los usuarios, principalmente de bicicletas y patinetes eléctricos», y han expuesto que «buena parte de esos accidentes» se debe a «caídas en las que solo el propio usuario está implicado».

El investigador del GIIC-UPV David Llopis ha indicado que «en la mayoría de las ocasiones, estos accidentes se producen porque el pavimento está resbaladizo». «Por ello, el estudio de la resistencia al deslizamiento del pavimento es crucial para mejorar la seguridad de los carriles bici. Esta resistencia es una de las características que más afecta a la seguridad ya que influye de forma determinante a la hora de acelerar, frenar y mantener la trayectoria en los giros de la bicicleta o patinete de forma segura y sin riesgo de resbalar o derrapar», ha explicado.

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De los diferentes pavimentos analizados, el GIIC-UPV ha comprobado que los bituminosos, los de hormigón y los de baldosas rugosas proporcionan una resistencia al deslizamiento adecuada. Asimismo, han constatado que entre estos los dos primeros son los que mayores prestaciones ofrecen porque generan menores vibraciones y, por tanto, un desplazamiento más cómodo.

«Por el contrario, los de adoquines pintados y las baldosas lisas pintadas no cumplen con los requisitos necesarios, y la probabilidad de que se produzcan caídas, colisiones y conflictos entre los usuarios de bicicletas o patinetes, los peatones y el tráfico motorizado es mayor», asegura Ana María Pérez, también del GIIC-UPV.

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El pavimento de baldosas pintadas lisas aumenta la distancia de frenado en un 7% cuando se circula a 20 km/h

Este grupo de trabajo midió también la velocidad de los usuarios de bicicletas y patinetes eléctricos para analizar su comportamiento y la influencia de los pavimentos en la distancia de frenado.

Los investigadores han determinado que los pavimentos que proporcionan una mayor adherencia -bituminoso, hormigón y baldosas rugosas pintadas- permiten una reducción de la distancia de frenado requerida de hasta el 7,5%, mientras que el pavimento de baldosas pintadas lisas aumenta la distancia de frenado requerida en un 7% cuando se circula a 20 km/h (velocidad límite en carriles bici), con el consiguiente riesgo.

«Los resultados de este estudio pueden servir de base para la mejora de la seguridad de la infraestructura de la micromovilidad. En la elección de los pavimentos para carriles bici de nueva construcción es fundamental tener en cuenta un parámetro como la resistencia al deslizamiento, acompañado siempre de un control preventivo durante la vida útil del pavimento», ha concretado el coordinador del Grupo de Investigación en Ingeniería de Carreteras de la UPV, Alfredo García.

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El estudio realizado propone que en las vías compartidas por vehículos motorizados y usuarios de bicicletas o patinetes eléctricos, así como en los carriles bici en calzada delimitados con marca vial, el material de pavimentación utilizado sea el asfalto.

Igualmente, para los carriles bici protegidos aunque en estos también se puede utilizar pavimento de hormigón. Para los carriles bici situados en aceras, la mejor opción son las baldosas rugosas porque las vibraciones que experimentan los usuarios podrían incitarlos a reducir la velocidad, han agregado los investigadores.

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Más de 170 kilómetros de carril bici

La ciudad cuenta con más de 170 kilómetros de carril bici (168 según datos de 2021 del servicio de Movilidad Sostenible del Ayuntamiento de Valencia). En 2022 y el arranque de 2023, la licitación e inicio de obras de nuevos tramos se ha acelerado, como el situado en Camins de Grau y que ocupará las calles José Aguilar y José María Haro. Las obras han sido adjudicadas este mismo mes de febrero a la empresa Bertolín por importe de 477.753 euros.

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