Un día en el centro de salud más colapsado de Valencia

Natividad hace referencia a que se necesitan más médicos para poder atender con calidad este nuevo servicio que inauguró el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, el sábado 5 de noviembre.

Y es que, como explican algunos pacientes, «hay un médico que todavía no se ha incorporado a la plaza», además, los mismos profesionales explicaron a los presentes este viernes que había una compañera que no pudo asistir porque había enfermado ese día, por lo tanto, no era de extrañar que la espera para ser atendido se hiciera eterna.

Algunos pacientes tenían visita a las 11.30 horas y no salieron hasta las 13.15 horas e incluso algunos confesaban que llevaban dos meses sin médico asignado y que este viernes tenían la primera visita a este centro.

Son las 8 de la mañana y 25 pacientes esperan en la sala de extracción de sangre para ser atendidos.

La extracción de sangre no ha empezado porque los ordenadores no acaban de arrancar y las pantallas de televisor todavía no marcan el orden de cita y la persona que debe de entrar. Menos mal que en el diseño del recinto se ha incluido una imagen retroiluminada con la imagen de una duna y la orilla del mar, algo que consigue calmar el ambiente. Poco después empieza el servicio y poco a poco los profesionales atienden a los pacientes.

Empieza a acudir gente al mostrador para pedir una próxima cita o para solicitar turno para la extracción de sangre en próximas semanas.

Usuarios como Margarita llevan esperando desde las 9 horas la visita con el doctor, pero las puertas de los despachos están cerradas. Los médicos sí están trabajando de forma efectiva, pero resulta que están pasando consulta online, es decir, están llamando a los pacientes por teléfono para escuchar sus dolencias y darles medicación o las pautas que deben de seguir.

Empiezan a atender. Una mujer, Margarita, confiesa que hay un grupo de usuarios que ha estado más de un mes sin tener médico «y nos toca venir y nos pasan de urgencia con el doctor que te pueda atender en ese momento. Lo han inaugurado sin tenerlo todo organizado». Otra mujer, Delfina, detalla que antes pertenecía al centro de Fuensanta «y allí las visitas las empezaban a las 8.30 horas y aquí son las 10.30 horas y todavía no me han atendido».

Remigio Campos y Carmen Martínez acuden al mostrador para pedir una analítica «vine hace un mes y me dijeron que no había hueco, pero es que hoy he vuelto y me dicen que para enero y febrero las extracciones están ya llenas». Además, pidieron cita médica y la más próxima era para dentro de diez días.

Carlos García y María Dolores Gascón fueron el día 3 de enero para pedir cita y se la dieron para el día 26 de enero. «Tendré que esperar, no hay más remedio, pero no es de extrañar que al final en muchos otros pacientes se convierta en una urgencia y al final tienen que ir a urgencias del hospital y se tiran cuatro o cinco horas de espera para que les atiendan. Es necesario que contraten a más personal en los centros sanitarios de Valencia», confiesa Carlos.

Luisa pide cita y le emplazan al lunes, que es cuando abren la agenda de febrero. Solicita que le reciban como urgencia, «pero en la sala hay 20 personas y llevo 20 días con tos. Volveré luego».

Antonia Real está cansada. Lleva más de media hora de espera. «Está prohibido ponerse enferma», ironiza y añade que los médicos «están saturados».

Juan entra a las 11.30 horas y sale a las 13 h. «Es el primer día que me atienden».

Natividad Fernández comenta que ha estado «dos meses sin médico y un mes sin medicación porque no me lo habían asignado». Añade que el edificio «está bonito pero falta mano de obra».

Un chico juega con un papel doblado que esconde colores, conocido como comecocos para esperar que le atiendan. Sale casi a las 14 horas.

Las salas están tranquilas, no hay enfermos en las salas.