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Animaciones de calle, entre la Estación del Norte y la plaza del Ayuntamiento. IRENE MARSILLA

Valencia, a reventar

El Mercado Central y los comercios de Colón y adyacentes son un hervidero de gente, en las terrazas hay colas para sentarse y los parkings están completos

Lola Soriano

Valencia

Viernes, 30 de diciembre 2022, 00:18

Las calles del centro de Valencia se han convertido en un ir y venir de gente en las primeras Navidades sin restricciones. «Este año como Nochebuena y Navidad han caído en fin de semana y la gente se fue de viaje o se quedó en ... casa con los familiares, parecía que la campaña no acababa de arrancar, pero ahora ya se ha animado y esperamos que no pare hasta Reyes», explica Julia Martínez, gerente de la asociación del Comerciantes del Centro Histórico.

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Ahora ya es fácil ver calles pobladas, consumidores en busca de regalos y de terrazas para compartir algo con los amigos.

Este jueves, a las 11 horas, había colas para entrar en el aparcamiento del Mercado Central y se podía ver el cartel de 'completo', una situación que también sucedió en el nuevo parking de la plaza de la Reina y en la calle Hospital.

También había gente que prefirió moverse en transporte público, como Esther Villalón, que acudió al entorno del Mercado Central con su padre y sus hijos. «Estamos haciendo una excursión, para que los chiquillos se fijen en los animales que hay representados en edificios, como la cotorra del Mercado Central, y hemos venido en tranvía».

Calle Colón con gente de compras, y terrazas de la plaza de la Virgen y del Mercado de Colón. IRENE MARSILLA

Ya en el interior del Mercado Central, las paradas estaban llenas, ya que la gente está preparando los menús de Nochevieja y Año Nuevo. «Está el Mercado a tope, porque estas fiestas son de comer y estamos vendiendo mucha uva y piñas para hacer bien la digestión», indicó Merche Puchades, presidenta de la asociación de Vendedores.

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En los pasillos se fundían los clientes, los turistas que degustaban zumos, y las personas que iban a disfrutar del edificio y del Nacimiento, como Verónica Mori, de Argentina. «Tenemos dos hijos estudiando en España y estamos haciendo una ruta por Madrid, Valencia y Barcelona y queríamos ver el Mercado Central».

Las terrazas de los bares próximos a la Lonja y al Mercado estaban a rebosar. Había mucha gente quedando para almorzar, como Aitor Vidal y su grupo de amigos. «Somos todos exalumnos del colegio Elios, de l'Eliana, y hemos quedado para tomar algo juntos y darnos un abrazo».

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Había mucho personal paseando, como Fuensanta Pérez, cordobesa afincada en Ciudad Real. «Como nuestros hijos están en las olimpiadas Marianistas, pues estamos visitando la Catedral, la Basílica de la Virgen, el Mercado Central y, de paso, hemos visto cosas para Reyes».

En locales como 'Tapas Boatella' estaban felices. «Está todo muy animado, tanto con gente de Toledo y Madrid y Ciudad Real, como de ingleses, alemanes, franceses y muchos italianos. Estamos vendiendo calamares como rosquillas, gambas morunas y alcachofas. Estamos dando unos 300 almuerzos al día», indicó Juan Martínez, gerente.

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Las terrazas de los bares de la plaza de la Virgen y las ubicadas en el Mercado de Colón estaban tan llenas que incluso había que hacer cola. «Vamos a tope. Llevamos varias días con la terraza llena y no paramos de servir», indicaron en la cervecería Mi Cub del Mercado de Colón.

Interior del Mercado Central, colas del parking y zona de la Lonja. IRENE MARSILLA

Otros grupos de amigos, como Jake Cáceres, Pablo Saval (afincados en Canadá) y compañeros de universidad de Belén Pastor y Arantxa Abril, primero quedaron en la plaza de la Reina para tomar algo, y luego tocaba ir en busca de regalos de Reyes.

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También había mucho personal esperando poder entrar a la Catedral. «Hasta las 13 horas han pasado 620 personas. Estamos teniendo buena afluencia», indicó David Martínez.

Una vez superada la hora del almuerzo, el trasiego de gente comenzó en el área comercial de la calle Colón, Cirilo Amorós, Isabel la Católica o San Vicente, donde todo el mundo llevaba al menos una bolsa de compra colgada del brazo. Además, las colas de coches que se formaron tanto en la calle Colón como en Pizarro parecían interminables.

También había mucho movimiento en la Estación del Norte, con usuarios del transporte que venían dispuestos a comprar los regalos de Reyes y otros cargados de maletas para irse, como Ana Herrero, que indicó que se iba a Alicante «para pasar una Nochevieja romántica con mi pareja, porque luego se va a Irak». Otras jóvenes, Noelia, Marina y Marta iban con tiendas de campaña «porque nos vamos al Festivern con tres días de música en Tavernes de la Valldigna«.

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